Miggate no Gokui | Boku no hero Academia

Capítulo 7- Confrontación

El curso de héroes de la Academia U.A es uno de los más rigurosos en su tipo y su taza de aceptación es menos de uno entre trescientos cada año. Tener la intención de aplicar allí de por sí ya era un gran logro, pero ser capaz de entrar era algo que todo aspirante a héroe soñaría.

Siendo francos, hasta yo tenía demasiadas dudas en si realmente podría entrar a tan prestigiada escuela; no tenía un Quirk ni a nadie en quien apoyarme, estaba solo, completamente solo.

—¡Esto es maravilloso, no puedo creer que dos de nuestros estudiantes entrarán a U.A!— Exclamó un profesor que expresaba su orgullo a los dos chicos que se encontraban frente suyo —Sobre todo tu Midoriya, ¡Es prácticamente un milagro!

Sí; milagro, destino, da igual como lo llamen, el hecho de que mi vida haya cambiado de esta forma era algo irreal para mí, algo que nunca dejó de sorprenderme sin importar los días que pasaran.

Quiero dejar algo en claro y es que esto es solo el inicio, la historia de cómo me convertí en el héroe que juré ser está a punto de comenzar.

[...]

—¡¿Qué mierda fue lo que hiciste Deku?!— Con furia el rubio cenizo sujetó del cuello de la camisa al chico que no hacía nada más que irradiar el miedo que corría por sus venas.

A pesar del escándalo que ocasionaba, ningún individuo se acercó al lugar para intentar calmar la situación, esto por el simple hecho de que ambos se encontraban en un pequeño callejón oculto de la escuela.

—¿"Un sin quirk como tú logró entrar a U.A"? ¡No me jodas!— Gritó a la vez que pegaba al chico contra la pared —¡Después del examen te vi en una maldita camilla que iba directo a la enfermería! Esos robot te debieron haber dado una paliza ¿no es así? Entonces ¡¿cómo putas lograste aprobar?!

—K-Kacchan...— Soltó el peliverde provocando que el ceño del susodicho se frunciera todavía más —Recuerdo haberte dicho... que me convertiría en un héroe...— Un brillo tembloroso deslumbró de sus ojos al igual que leves vibraciones podían ser apreciadas en sus piernas, producto del temor que intentaba dominar sus acciones.

—¡Hice una promesa, y no voy a romperla! Aquél fastidioso recuerdo invadió la mente del rubio, desapareciendo la más mínima gota de paciencia y cordura que le restaba.

—¡Pequeño bastardo! Mis planes de ser conocido como el único que aprobó de su escuela se han arruinado por completo y todo por culpa tuya, ¡maldito nerd sin quirk!

Al terminar sus palabras pudo sentir como su brazo era sujetado con un poco de fuerza por la mano del peliverde, incitando en su rostro una expresión de molestia a niveles anormales.

—¿Cuántas veces tengo que decírtelo?... ¡Yo si tengo un quirk, idiota!— Dijo alzando la voz en un intento de que su compañero entendiera sus palabras.

Lo había intentado cientos de veces, se defendía a tal grado que forzaba su voz para soltar aquellas palabras que deseaban ser salidas, pero nunca importaba su esfuerzo, siempre era negado por el prejuicio de ser un inútil sin Quirk. Y aunque ahora las cosas eran diferentes, el maltrato no había cambiado para nada.

Ante la determinación del peliverde, el chico no hizo nada más que oscurecer su rostro mientras desataba una minúscula carcajada para sí mismo.

—Olvídalo, no tiene caso... un idiota como tu no lo entendería...— Inesperadamente el rubio liberó su agarre solo para observar con una mirada vacía al peliverde que tenía frente a él —Te lo haré ver a la fuerza, la diferencia entre tú y yo