Capítulo 2- El héroe #1

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Antes de comenzar me gustaría dar un pequeño aviso. Del capítulo anterior borré la parte que va después de que Midoriya cayera inconsciente, esto porque no me gustó del todo el resultado, no explicaba muy bien los sentimientos de Eri y muchas más cosas. Pero no se preocupen que es casi lo mismo lo que escribí en este capítulo, solo que mejor explicado, con más emoción y muchas más cosas. Ahora si, espero que les guste el capítulo.

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En una mañana extremadamente luminosa, después de una noche de lluvia y viento, una niña peliblanca se encontraba corriendo por los pasillos de lo que parecía ser un hospital.

Su respiración era agitada mientras sus labios pronunciaban un número repetidamente, el mismo número que formaba la cifra de una habitación.

El hospital era grande, mucho más grande a lo que estaba acostumbrada, le era difícil encontrar el cuarto que buscaba. Sin embargo un fuerte sentimiento la impulsaba a seguir, si se rindiera tan fácil no podría ver a la cara a aquella persona que tanto quería ver.

A lo lejos visualizó el número que pronunció decenas de veces, el 101, se acercó rápidamente y sin dudarlo abrió la puerta, encontrándose con un chico peliverde que veía con calma el cielo a través de la ventana, su hombro derecho estaba vendado en su totalidad, al igual que su torso.

—Izuku— Dijo la pequeña mientras caminaba hacia el susodicho.

El pecoso volteó su visión a donde lo habían llamado, hallándose con la pequeña que salvó hace pocos días. No la había visto desde ese entonces, por lo que se sorprendió al verla con un cambio de ropa más acorde a su apariencia, y sin los vendajes que cubrían sus brazos y piernas.

—Eri, ¿qué haces aquí? Deberías estar descansando en tu habitación— Exclamó a la vez que veía como la niña se subía a la cama y se aferraba a él, otorgándole un cálido abrazo.

—Quería verte... estaba preocupada...— Los sollozos de la pequeña alarmaron un poco al peliverde.

Con esfuerzo colocó su brazo izquierdo en la cintura de la pequeña, pegándola más a su cuerpo, y prosiguió a acariciar la cabeza con su mano derecha.

—Estoy bien, esto no es nada, ¿tú cómo te encuentras?

—Bien, aunque dijeron que deberé quedarme aquí por 3 semanas.

—Oh, lo mío son 2 semanas— El chico soltó una leve risa al aire, y después su actitud cambió a una seria —Eri, ¿tienes algún lugar en el que quedarte? ¿Familiares o algo?— Preguntó a la vez que separaba a la pequeña de su cuerpo y la veía fijamente a sus ojos.

La niña solo bajó la mirada en señal de tristeza, dándole un mal presentimiento al peliverde.

—No...— Decir aquellas palabras debía ser duro, daba a entender que estaba completamente sola e indefensa.

—Ya veo...

Midoriya sujetó a la pequeña de sus hombros, provocando que lo mirara a sus ojos.

—Eri, ¿te gustaría vivir conmigo?

La niña se quedó impresionada ante tal propuesta, poco a poco sus ojos carmesí comenzaron a liberar pequeñas lágrimas, en cierta forma se veía muy tierna.

—Pero, podría ser una molestia para ti.

—No lo serás.

—¿Y si te llegaran a atacar por mi culpa?

—Entonces los derrotaré e iremos a comer helado— Dijo con una amplia sonrisa.

La pequeña volvió a aferrarse a su cuerpo, era una sensación suave y cálida para el peliverde, simplemente era hermoso ver como la niña desbordaba de felicidad.

Miggate no Gokui | Boku no hero AcademiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora