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♥️🐶♥️

Ese domingo por la mañana, se levantó temprano y se vistió para salir en busca de su cebo. Desde que Sohee le había dado una brillante idea ayer, toda la noche estuvo maquinando su plan para acercarse a Minseok con otras intenciones. El primer paso consistía en ir a un centro de adopción de animales que le quedaba cerca, así que tomó prestado el auto de su mamá y se dirigió al lugar.

Al cruzar la puerta, hizo sonar las campanas que anunciaban la llegada de alguien.

—Buenos días, joven. ¿En qué podemos ayudarle? —habló amigablemente una muchacho en el mostrador.

Jongdae se acercó hasta él y leyó la placa con su nombre, "Kai".

—Hola, Kai, busco al perro más feo que tengan, ese me llevaré.

El chico lo vio con sorpresa sin identificar si estaba bromeando o no.

—Hablo en serio —continuó Jongdae.

—¿Alguna preferencia en la raza, tamaño o color?

—No, solo quiero que parezca rescatado de la calle y si no está sano mucho mejor.

El chico se quedó pensando un momento procesando su pedido.

—Acompáñeme, tenemos una sección de perritos que llevan mucho tiempo sin ser adoptados, ¿qué le parece si le muestro los que tenemos y usted escoge?

—Lo que sea, necesito salir con un perro hoy —dijo sin emoción alguna—. Y no me hables de usted, me haces sentir viejo.

Kai asintió y Jongdae lo acompañó hasta una habitación enorme con varios perros en jaulas. Era algo triste de ver, muchos perros se miraban viejos, pero todos estaban limpios y sanos.

—¿Hay alguno que llame tu atención? —iban recorriendo de uno por uno.

—En realidad no, todos estos perros lucen demasiado sanos.

—Eso es porque lo están. Después de una breve investigación, están listos para irse con su nuevo dueño.

—No es lo que necesito, busco algo más callejero —llegaron hasta el final de la habitación donde había otra puerta con una pequeña ventana en ella. Jongdae observó por curiosidad lo que había del otro lado y sonrió feliz.

—Hey, ¿qué hay de ese pequeño de ahí? —colocó su dedo en el vidrio.

—Lo siento, los perros de ahí no podemos darlos todavía. Muchos han llegado recién y ni siquiera tienen puestas sus vacunas o están bañados.

Jongdae sin escuchar al chico, abrió la puerta y se metió en busca del perro que quería. Kai intentó detenerlo pero ya era muy tarde, ya estaba del otro lado.

Afortunadamente no había tantos perros, tan solo eran cuatro y ninguno era muy grande todavía. No le tenía miedo a los perros, pero si hubiera estado uno muy grande no se habría metido.

Llegó hasta un pequeño de pelaje corto y color crema que estaba en la esquina. El perro en cuanto lo tuvo muy cerca se puso a temblar de miedo. Tomó al animal en brazos y lo colocó en su pecho acariciándolo para que se le quitara el susto. El perro apestaba y estaba bañado en mugre.

—Tu me vas a servir —le dijo al animalito.

Salió de nuevo por la puerta donde había entrado.

—¡No puedes hacer eso! —le decía Kai—, esos perros no están vacunados, alguno podría contagiarte de algo o morderte.

—Me llevaré este, así como está —le dijo haciendo caso omiso a lo que había dicho el muchacho.

—No se puede, los únicos perros que están en adopción son los que están limpios.

Minseok, el perro & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora