8

307 49 6
                                    

♥️🐶♥️

Era casi medianoche y él todavía no tenía noticias de su perro.

No había dejado de llorar y de arrepentirse tanto de haberle dado ese pedazo de pollo.

No le había avisado a nadie pero sentía que debía hacerlo. Así que tomó su celular y marcó el número de su mejor amiga.

>¿Jongie?< Se escuchaba su voz dormida.

—So —trató de hablar pero el llanto no lo dejaba continuar.

>¿Qué tienes?, ¿por qué lloras?< Esta vez sonó más despierta.

—Es...Lu-lucky.

>¿Qué tiene, Lucky?<

—Está en el hospital, se ahogó con un pedazo de pollo —dijo lamentándose.

>¿Qué?<

—So, esto es mi culpa, no quiero que se muera —sollozó.

>Voy en camino, mándame la dirección<

Ya le dolía la cabeza de tanto llorar y sentía que tenía la cara toda hinchada. Con la manga de su camisa limpió su nariz y siguió esperando.

—¡Jongie! —escuchó la voz de Sohee gritándole.

Rápidamente volteó al escuchar ser llamado, se levantó como un rayo y corrió en la dirección de su mejor amiga para fundirse en un abrazo.

Sohee lo tomó en sus brazos y acarició su espalda tiernamente.

—Calma, ya no estás solo.

Durante el abrazo, Jongdae tenía los ojos cerrados y la cara enterrada en el hombro de su amiga, pero cuando se separaron, vio que la chica no estaba sola.

—Min... —dijo en un susurro.

—¿Cómo está, Lucky? —soltó corto.

—No lo sé, no me han dicho nada.

—No te preocupes, estoy segura de que pronto lo harán —lo animó Sohee—. ¿Tus padres saben que estás aquí?

Negó con la cabeza. No les había querido arruinar el aniversario, pero tal parecía que su destino así era.

—Llámalos, nosotros esperaremos aquí.

Antes de irse, le dio una última mirada a Minseok quien la esquivó.

Alejado de todos, le marcó a su mamá por teléfono y le explicó la situación, prometiendo llamarlos cuando todo se resolviera. No tenía caso que vinieran, ya estaba Sohee con él, también Minseok aunque se negara a hablar con él y a devolverle la mirada.

Cansado, con sueño y sus ojos ardiéndole, regresó donde estaban los hermanos esperándolo y tomó asiento junto a Sohee. Minseok seguía sin verlo, pero el dolor que sentía por Lucky era más fuerte que sufrir por amor en este momento.

—¿Quieres que compre café? —le preguntó la pelirroja.

Jongdae negó con la cabeza, no se sentía con ganas de nada.

Minutos después, salió el mismo hombre que había tomado a Lucky en brazos cuando recién llegó y se acercó hasta donde estaban sentados.

—¿El labrador crema es tuyo? —preguntó con duda sin saber si era el chico correcto.

—Así es, ¿cómo está? —preguntó desesperado.

—Le hicimos una cirugía lo más rápido que pudimos, tenía un hueso de pollo atorado en su tráquea que impedía que pasara algo por ahí, fue una suerte que todavía pudiera respirar, ganó tiempo gracias a eso.

Minseok, el perro & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora