Mil vidas contigo

Volver

Tenía que dejarlo hacer esto solo. Era algo que solo Boruto podía hacer. Esta era su misión. Pero aunque no le gustara no acompañarlo, tenía que hacerlo y aceptarlo.

Le agarró de la muñeca y lo atrajo a ella.

⁃ Rómpete una pierna o un brazo. Pero por lo que más quieras, no te mueras.

⁃ Vaya frase más estimulante. Como siempre muy alentadora, Sarada. – Dijo con una sonrisa burlona, para que se algún modo, esta se tranquilizara.

⁃ Hablo en serio, cabeza de plátano. – Le frunció el ceño.

⁃ Lo sé. – Le rodeó su cuerpo en un abrazo. – No moriré. En estos momentos lo que más quiero es a ti, así que no lo haré.

No pudo controlar que los colores se le subieran a las mejillas, y tampoco que una sonrisa se escapara de sus labios. Y mucho menos logró que sus latidos no hicieran ese salto tan abrupto al escuchar sus palabras.

Correspondió al abrazo de este.

⁃ Tú también cuídate. – Esta vez fue Boruto.

⁃ Será raro hacer una misión sin ti.

⁃ No te acostumbres. – Se acercó para darle un beso, pero Sarada se alejó.

⁃ Cuando vuelvas veremos. – Le dio un pequeño beso en la mejilla.

Este sonrió anchamente.

⁃ Con más razón volveré.

Era una promesa sin ser articulada.