Te Quiero En Mi Vida.

Capítulo 1

9 años después.
Estados Unidos, Los Ángeles.

—Señor Faure. —Dijo un hombre vestido de negro mientras se paraba delante de un escritorio.

—¿Tienes nuevas noticias de la chica? —Menciono el castaño mientras miraba su computadora.

—Si, al parecer la próxima semana saldrá su nueva línea de ropa y dará un evento de caridad. -Comentó el hombre de negro.

—Muy bien, puedes retirarte. Recuerda, en cuanto sepas algo nuevo de ella, no olvides decirme de inmediato.—Dijo.

—Así será señor, con permiso. —Mencionó y salió de la oficina.

El joven castaño sacó un portaretrato de unos de los cajones del escritorio, miro el retrato y enseguida le pasaron millones de recuerdos por su cabeza, sonrió gentilmente mientras acariciaba con su mano la fotografía.

—Es bueno saber que sigues viviendo bien, me alegra que seas feliz. —Mencionó en voz baja mientras miraba la fotografía.

—¡Daniel!. —Exclamó mientras llamaba a su secretario.

—Si, señor Faure, ¿Qué necesita?. —Preguntó el hombre parándose delante de él.

—Envía esta carta a París, ya sabes, la misma dirección de siempre. —Comentó mientras sacaba un sobre y se la entregaba al secretario.

—Si planea enviársela a la señorita, ella ya no vive en esa dirección.

—¿Qué? ¿Por qué no me dijiste de esto antes?, Investiga primero su nueva dirección y después envía la carta.-Menciono el castaño.—Es la tercera vez que se cambia de casa, deberías investigar también el motivo de sus repentinas mudanzas.

—Lo lamento señor, no volverá a pasar.

-Bien, ahora ve e investiga lo que te pedi.

***

Mientras tanto en París, Francia. Una chica de cabello azabache estaba en su oficina hablando por teléfono.

—Si Mamá, lo sé, no te preocupes, estaré ahí.—Menciono la chica.

—Cariño prométeme que estarás aquí pronto y no te vas a quedar hasta tarde. —Menciono una mujer al otro lado del teléfono.

—Lo prometo, aunque antes de llegar a casa planeo ir a un lugar, ya sabes, de visita. 

—Oh es hoy, ¿Verdad?. Lo entiendo hija, entonces te veo en un rato, ¿Está bien?. 

—Así será mamá, nos vemos. —Dijo la azabache y después de al cabo unos segundos, colgó.

—Marinette, ¿Estas segura de ir?, quizá te recuerde a aquellos momentos cuando estabas con..

—Tikki, lo sé muy bien pero, eso quedó en el pasado. Ahora estoy saliendo con alguien más y quizá nos lleguemos a casar.-Interrumpió ella mirando por una de las ventanas de la oficina.

—Me alegra que seas feliz, después de todo lo que paso.

—Y lo seguiré siendo.—Sonrió dulcemente.

Marinette, quien ahora era una diseñadora famosa y tenía su propia empresa, salió de su oficina para después bajar por el ascensor, saludo a sus empleados y posteriormente salio del edificio.

—Señorita Dupang-Cheng, hay muchas personas el día de hoy en las calles de París, hoy es el día que..

—Lo sé, descuida, estaré bien—Lo interrumpió, le sonrió y siguió caminando.