Capítulo 2

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—Señor Faure, está todo listo para irnos. —Comentó su secretario.

—Perfecto, solo necesito guardar unas cosas y nos podremos ir. —Respondió el joven castaño.

—De acuerdo, llegaremos mañana por el mediodía como estaba planeado.

—Muy bien, puedes retirarte. —Le dijo a su secretario.

El joven castaño guardó algunas fotografías junto con un collar en su maleta, miró por la ventana unos minutos, finalmente dejaría California y regresaría a su ciudad natal, París. Estaba nervioso por lo que ahora viviría allá pero había alguien a quien nunca pudo olvidar y ansiaba poder al fin conocer a esa persona.

***

Mientras tanto Marinette y Francis habían entrado a la casa de los padres de la chica, los saludo y posteriormente se sentaron en los sofás.

—Nos alegra tanto tenerte aquí Francis. —Mencionó Sabine, la madre de la azabache.

—No, es un placer venir a visitarlos. —Respondió él.

—Estaba preocupada de que Marinette no nos acompañará esta tarde. ha estado muy ocupada en su trabajo como ya lo habrás notado. —Siguió diciendo ella.

—Por cierto mamá, ¿A qué se debe todo esto?. —Preguntó ella. —Quiero decir, no me molesta venir a verlos, al contrario, me pone feliz, pero nunca nos reunimos el día de hoy.

—¿Recuerdas que te dije que tenía preparado una sorpresa para ti, cariño?. —Le preguntó Francis.

—Sí, pero ¿Qué tiene que ver eso con mis padres?. —Pregunto ella confundida.

—Bueno, quería que ellos estuvieran presentes. —Mencionó sacando unos pequeños boletos de su bolsillo.—¡Mira lo tengo aquí!

—¡No es cierto! —Se sorprendió al ver de qué se trataba

—¡Lo es! —Exclamó. —¡Nos vamos a Roma en nuestra luna de miel!

—Ay, cariño, no puedo creerlo. —Dijo ella abrazándolo. —Crei que era broma cuando me preguntaste si quería ir a Roma.

—No lo era. —Dijo él mientras se reía.

—Estoy tan feliz por ustedes, solo quedan cuatro meses para el día de su boda. —Comentó su mamá mientras le tomaba la mano a ambos.

—Y ansío mucho que llegue ese día. —Dijo Francis mirando a la azabache, ella le sonrió.

Marinette y Francis se quedaron la tarde con los padres de la azabache, jugaron, comieron juntos y charlaron sobre los planes de ellos a futuro. Pareciera que todo era perfecto para ambos, en realidad, lo era. Marinette sentía que era un sueño, después de lo que había pasado hace 9 años creyó que nunca volvería a ser feliz pero cuando miraba para atrás, se sentía agradecida con la vida, por haberle dado una segunda oportunidad de amar, de cumplir sus sueños.

Cuando llegó la noche, ambos jóvenes se despidieron y nuevamente subieron al automóvil de Francis, Marinette sonreía de oreja a oreja, era encantadora. Su prometido le dio un dulce beso antes de encender el auto.

Una vez llegaron a su casa, Marinette se quitó el vestido que traía para ponerse un camisón mientras su prometido estaba en la cocina preparando la cena.

—Cariño, mañana tengo una junta importante, ¿Qué crees que sería mejor ponerme? ¿El rojo o el verde? —Dijo mostrándole dos hermosos vestidos.

—Creo que esta perfecto el verde. —Dijo señalando el vestido.

—Gracias, eres el mejor. —Le agradeció y nuevamente subió las escaleras.

Te Quiero En Mi Vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora