Te Quiero En Mi Vida.

Capítulo 12

Marinette había escuchado la conversación que Adrien tenía con Alya, Nino y Stephan. Lágrimas caían lentamente por sus mejillas mientras que en su pecho sentía una presión.
Decidió dejar la pequeña mochila en el suelo, delante de la puerta.

Camino ahora en dirección a la salida del hospital, la gente la miraba mientras ella pasaba, era obvio que la iban a voltear a ver pues derrama lágrimas con cada paso que daba.

Sin darse cuenta, había caminado demasiado que ya había llegado al célebre puente de las artes, miró el atardecer, el sol resplandeciente tornándose de un color anaranjado.
Cayó de puntillas al suelo y lloró lo más que puedo, cuando finalmente se canso se levantó de nuevo y con delicadeza tocó su vientre con ambas manos mientras miraba de nuevo el atardecer.

—Tu padre no es esa clase de persona, él no es así.—Dijo ella a su pequeño bebé creciendo dentro de ella.—Debe haber una explicación para todo esto.

***

—Entonces, ¿Qué debemos hacer?—Preguntó Stephan.

—Primero, necesito que vigilen de cerca a Francis, necesitamos sacarle la verdad y que los medios se enteren, así puede pagar por su crimen dentro de la cárcel.—Comento Adrien.

—¿Qué hay de tu padre? Él aún tiene su Miraculous.—Mencionó Alya.

—Yo me encargaré de él, intentaré convencerlo, no planeo hacerlo enojar y que akumatice a alguien de nuevo.

—¿Y si no lo convences?—Preguntó Nino. Adrien guardo silencio unos segundos y lo miró seriamente.

—Tendré que tomar mi Miraculous y enfrentarlo cara a cara.

—Si haces eso, significa..

—Así es, todos en París sabrán que no estoy muerto.—Menciono Adrien interrumpiendo a Alya.

Pasaron las horas y los demás regresaron a su casa, cuando Stephan iba a salir se tomó con aquella mochila que había dejado Marinette, la tomó y la escondió de Alya y Nino, espero a que ellos se fueran y entró a la habitación con la mochila en su mano.

—Creo que Marinette estuvo aquí.—Dijo Stephan mostrándole la mochila.

—¿Cómo lo sabes?—Preguntó él mirándolo.

—Reconocería está mochila donde fuera, le pertenece a ella.

Adrien no dijo nada, solo se quedó callado, estaba sorprendido no sabía que hacer. En este momento quizás ella esté enfrentando a Francis o simplemente desconcertada en alguna parte de la ciudad.

—Necesito ir con ella.—Intento levantarse pero su cabeza comenzaba a doler.

—Necesitas descansar, el doctor dijo que mañana podrían darte de alta.—Comento Stephan—Ella estará bien.

***

Pasaron las horas y Marinette seguía en el puente de las artes, simplemente no podía regresar a casa, no tenía idea de cómo vería de nuevo a Francis. En el fondo de su corazón quería pensar que lo que había oído no fuera verdad.

—Aquí estás.—Oyó una voz familiar y giro su cabeza para ver a aquella persona.

—Francis..

Francis miró el rostro de Marinette, cubierto de lágrimas y los ojos hinchados, era obvio que había estado llorando pero no sabía por qué.

—¿Estás bien? ¿Qué ocurrió?—La tomó de los hombros y poco a poco los ojos azulados se ella empezaron a brillar debido a las lágrimas que estaban a punto de salir.