Capitulo 3

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No sabía que hacer, estaba violando a Naruto.

-Tranquilo, ahora lo saco- traté de sacarlo pero eso provocó que se tensara dándome a entender que le dolía.

-No te muevas- me dijo aún llorando.

No dije nada y solo acaté su orden. Aún percibo esa esencia en el que me exige que me mueva.

-Lo voy a sacar, trata de relajarte- comencé a salir de el lentamente hasta que salía completamente- ¿estás bien?- sabía que no estaba bien, estaba siendo violado por mí.

Quise hacercas mi mano a su cabeza pero el se encogió abrazándose a sí mismo.

Me levanté de la cama buscando algo con qué cubrirlo y de pasó limpiarlo también. Miré una puerta que supuse que sería la del cuarto de baño, abrí la puerta Encontrándome con que efectivamente era el cuarto de baño.

Volví a la cama y tomé a Naruto en brazos cargándolo para bañarlo.

-No me hagas nada- no pude evitar sentir una punzada en el pecho cuando dijo eso.

-Lo siento- vi como habría sus ojos de sorpresa- no quería hacerte eso, creeme que mis intenciones eran sacarte de aquí, no violarte como lo hice.

Llegamos y lo senté en la taza del baño mientras llenaba la tina con agua caliente. Mientras esta se llenaba me senté frente a el. Me le quedé viendo, aún abrazado a si mismo con las marcas que le había dejado.

Seguía sonrojado y soltaba leves suspiros.

-¿Estás bien?- movió la cabeza de un lado a otro en negativa, me levanté de donde estaba y me acerqué a el- ¿aún estás excitado?

No dijo nada entonces lo tomé de los brazos obligándolo a que me dejara verle y si, aun lo estaba.

-¿Qué vas a hacer?- el miedo en si voz era innegable.

-Solo... No te asustes- no estoy muy seguro de si pueda controlarme no esta vez puesto que no quiero dañarlo, no otra ves.

Acerqué mi cara a entrepierna la comencé a chupar aún sosteniendo sus brazos.

Volví a escucharlo gemir sin control  queriéndome alejar pero no lo permití hasta que se corriera. Unos minutos más y lo hizo, se corrió en mi boca y me lo tragué todo.

-Creo que ya está la tina- lo solté y lo volví a cargar para meterlo- ¿está bien el agua?-afirmó con la cabeza algo sonrojado- ¿Sigues excitado?

-¡No!- gritó aturdiendome un poco.

-Está bien, tranquilo- nos quedamos en silencio un rato, en ese tiempo le lavé es cabello y el cuerpo.

Cuando estaba lavando su espalda no pude evitar hacerle una pregunta.

-¿Cómo llegaste aquí?- no dijo nada, solo agachó la cabeza - está bien si no quieres decirme pero a partir de hoy estarás conmigo así que por qué no conocernos mejor.

-Llegué aquí- comenzó a contarme- hace casi un año, fui parte de un intercambio voluntario.

-¿Intercambio voluntario?- pregunté sorprendido.

-Si- soltó un suspiro cansado- mi familia no era rica, con trabajos lográbamos comer dos veces al día o habeses ni siquiera una sola vez.
Mi madre estaba enferma y para poder pagar los gastos de la medicina mi padre pidió un préstamo a los tipos equivocados.

Noté que temblaba así que lo abracé por detrás.

-Tranquilo- poco a poco dejo de temblar y pude hacer otra pregunta- ¿Por qué no puedes ver?

Ya no llores, ya estoy AquíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora