Episodio 52

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E1: T4
Temporada final, parte uno
Entonces... ¿qué carajos pasó?

«Eres tú... Su hijo...»

No, no... ¿Qué eres? Qué... ¿Qué quieres?

Es fuerte. Muy grande. Es muy oscuro y siniestro. Tiene aspecto fúnebre. Pareciera sacado de una fantasía. Su aura emana mucho calor, al punto que siento que me derrito.

«Follar...»

«Déjame entrar...»

«Hijo... Déjame entrar...»

¿Qué es esta sensación?

—¡¡¡¡PAPAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!! —grité, con mucha fuerza, antes que todo se volviera oscuridad.»

Entonces desperté.

¿Qué está pasando conmigo? ¿Qué es esto?

Estoy sudando. La mañana aún no cae. Mi respiración está completamente agitada. Ha vuelto a pasar. Es el mismo sueño de todas las noches. No sé qué significa. Pero esto, debe de parar.

Se siente muy real... todo es como si...

Mi nombre es Derian Doppler, tengo 16 años y vivo con mis padres. Tengo unas pesadillas desde que soy niño, necesito que me ayudes a saber qué debo hacer para encontrar respuestas, necesito tu ayuda para encontrar mi pasado que hoy es confuso. Necesito que me ayudes antes de que esto, tome control en mí. Quiere entrar, pero yo no lo permito.

¿Hasta cuándo podré soportar?

Sálvame, si me convierto en mis demonios.

♠ ♠ ♠

6 meses después...

Sam estaba sentada en el suelo con la espalda apoyada de la cama de sus padres, tenía las piernas abiertas y se frotaba el clítoris mientras Derian estaba parado sobre ella, enterrándole su verga hinchada hasta el fondo de su garganta. La tenía sujetada por el cabello mientras embestía su boca una y otra vez, sus labios carnosos estaban estirados alrededor de su grosor, aquellos ojos verdes lo miraban mientras arremetía contra su linda cara; se había ganado la lotería con su chica, tenía el rostro de un ángel y follaba como una diabla. Lo complacía en todo, le dejaba hacer realidad cualquier acto que salía de su perversa imaginación, y este fin de semana que sus padres estaban fuera de la ciudad y la habían dejado sola en casa, iba a aprovecharlo al máximo. Ella le había abierto la puerta vestida con una pequeña falda de colegiala, una blusa blanca con suficientes botones desabrochados que dejaban ver un brassier de encaje negro; se puso duro apenas la vio, y más aún cuando le dijo que quería hacerlo en la cama de sus padres. Derian no despegaba la mirada de la corta falda que apenas cubría la curva de sus redondas nalgas.

Su verga se prensó aún más contra la tela del pantalón cuando Sam se le adelantó varios pasos y subió las escaleras hacia la segunda planta, ella sabía lo que hacía y quería que él viera que no llevaba ropa interior bajo la minifalda. Con la intención de provocarlo aún más, inclinó el cuerpo hacia delante, manteniendo las piernas juntas apoyó las manos sobre unos peldaños más arriba y le dejó ver su coñito rasurado y jugoso asomarse entre sus muslos. Separó las piernas y la firmeza de su erección era casi dolorosa al ver los labios de su raja separarse levemente, invitándolo a perderse entre aquellos pliegos húmedos.

DERIAN © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora