Episodio 56

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E5 : T4

¿Qué hay en mi cabeza?

Actualidad...

Derian no se detenía. La joven cachonda solo podía estremecerse y retorcerse de placer, sus gemidos no paraban de salir, con sus ojos en blanco y su boca abierta demostrando así el clímax sexual al que estaba llegando, moviendo su cadera de manera vertical para que la lengua metiera a su gusto, el cosquilleo que sentía en su clítoris era casi como sentir el miembro por primera vez, Derian sabía lo que estaba haciendo porque lo estaba logrando. Andrew ya había explotado en la boca de Sam y ahora chupaba uno de sus pezones.

Era un trabajo magnífico, Sam quedaría satisfecha. —¡Oh, maldita sea! ¡Sigue! —le animaba. De pronto, Derian mordió suavemente su clítoris haciendo que el dolor en el acto fuese más placentero. Su vagina ardía, estaba tomando un color rojizo;

Derian ahora quería volver a enterrar su verga. Subió hasta sus pechos y posicionó su miembro en la entrada de su coño.

Quiero que te gires para papi, princesa. —le susurró mirándola desde su busto. Ella mordió su labio inferior imaginándose lo que se avecinaba. Una de sus piernas quedó entrelazada con la de Derian, haciendo que él quedara detrás de ella y ella a una posición de 90 grados a su izquierda. La introdujo de una, empezó el bamboleo, el choque de sus cuerpos estaba generando un sonido excitante y sus gritos de placer hacían que la emoción fuera más sensual.

Los brazos de Derian, tonificados y fuertes para su edad lo hacían notar más maduro de lo normal. Era un bestia en la cama y con las mujeres. La aferraba a su cuerpo como si de un abrazo se tratara, movía su cadera rápidamente mientras la metía:—¡Más rápido, joder! —gritaba. Parecía toda una salvaje—, ¡Más Derian, más! ¡OH! —continuaba gimiendo.

Estar agotada hacía que sus gemidos parecieran dolor, pero solo quería más. Toda una golosa. —Aliméntame, nena. —susurró a su oído. Ella sonrió como una depravada pidiendo más y más una y otra vez. Entonces fue cuándo los labios de Derian y Andrew, se encontraron, uno miró al otro y...

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Meses antes...

Luego de aquella maravillosa noche con Tatiana, volví a casa. Tenía tantas ganas de volver a sentirla, era tan perfecta, una maravilla en la cama, una mezcla de inocencia con perversión. Excelencia total. Fui a casa de Andrew, y no sé por qué, pero empezaba a sentir atracción sexual por la mamá de mi mejor amigo. Elena. Haré que se vuelva real.

Estaba sentado en la cama de Andrew, pensando en cómo nos lanzábamos miradas su mamá y yo, mientras pensaba en esto dibujaba uno de los símbolos que para mí era importante, se trataba de la pica. En los juegos de cartas, tiene un valor muy grande. El mismo que tenía en mi vida. ¿Por qué? Solo me relajaba mucho dibujarlo, —¿estuviste con Sam en el cole? —Preguntó Andrew, quien jugaba Rocket League en la Play 5.

Yo siempre he sido un chico que le cuenta a todo a Andrew, lo conozco desde que era solo un niño, hemos pasado muchas cosas divertidas juntos. Aún no le he contado lo de mis padres y desde hace varios días casi ni tenemos comunicación, a pesar de que siempre estamos juntos. Veía injusto que la persona que me enseñó mi primera porno no supiera que la chica más atractiva de todo el cole, me la había comido en la Biblioteca.

Le pedí que me la comiera y lo hizo, en la biblioteca. —él se quedó de piedra, sus ojos se abrieron grandes al girar su cabeza hacia mí y de un salto se sentó a mi lado.

DERIAN © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora