Crazy Little Thing Called Love || ~Somebody to love II~

Capítulo 8. Tomando el control.

Hazel resopla tras dejarse caer en una de las butacas del set, exhausta. Últimamente las cosas se están volviendo algo más duras para todo el mundo en el equipo y, sin duda, la joven está notándolo cómo la que más.
El director de la película, Bryan Singer, lleva ausentándose de su cargo o llegando tarde bastantes semanas, y eso conlleva que la grabación no vaya todo lo bien que debería; igual que en un principio tenían bastante tiempo para hacerlo todo con calma, ahora trabajan sin descanso y con el tiempo justo, sin apenas tener un momento para pararse a respirar.
En un principio, todos creyeron que sería mejor esperar a que Singer tomara de nuevo las riendas del proyecto, pero no tardaron en darse cuenta de que el director no tenía mucho interés en acudir a su trabajo de forma habitual; por eso, tanto Hazel como los demás encargados del proyecto y los asistentes de dirección decidieron cooperar para hacer que el rodaje siguiera adelante y con el menor número de contratiempos. Eso ha hecho que la joven Taylor tenga que asumir más responsabilidades que las que tenía en un principio, por lo que su tiempo de trabajo ha aumentado.
Por lo menos el día de hoy está a punto de acabar, y ahora Hazel solo tiene que poner unos papeles en orden para poder irse a casa y descansar. La chica, aún sentada en esa silla, se aprieta el puente de la nariz para aliviar el ligero dolor de cabeza que siente por el cansancio acumulado, mientras respira profundamente. Sin embargo, su tranquilidad no dura mucho, ya que no pasan ni un par de minutos hasta que alguien llama su atención a lo lejos. Hazel se gira algo sobresaltada al escuchar su nombre unos metros a su espalda, encontrándose con una de sus compañeras de fotografía, Laura.

- Perdona que te moleste... pero necesitamos que vengas un momento- empieza a decir la chica con expresión muy nerviosa, y eso es algo que pone a Hazel alerta.
- Claro, no te preocupes- le dice la otra con una sonrisa que intenta transmitir tranquilidad. Sin embargo, nada más colocarse junto a su compañera y empezar a andar junto a ella puede apreciar aún mejor su gesto preocupado, y Hazel también pasa a estarlo-. Laura, ¿qué ocurre?

En un principio la joven no se atreve a hablar, solo mira sus pies mientras camina a la vez que muerde su labio inferior con nerviosismo. Finalmente, y tras comprobar que en unos segundos se encontraran en su destino, Laura comienza a hablar rápidamente y aún sin dignarse a mirar a su jefa.

- Verás... ha habido un problema con las últimas escenas que hemos grabado. En fin...- la chica traga saliva pesadamente antes de terminar de explicarse, justo cuando ya han parado junto a un grupo de personas que se encuentran apiñados alrededor de la mesa que se encuentra junto a todos los ordenadores- no la encuentran. Es como si no hubiera llegado al ordenador desde la cámara, cómo si no se hubiera guardado. Y ya hemos apagado las cámaras.

Ahora Hazel abre de par en par los ojos mientras también ensombrece ligeramente el gesto, queriendo creer que eso es una broma. Que la cámara esté apagada quiere decir que es muy probable que las escenas grabadas no estén ahí, porque deberían haber pasado al disco duro del ordenador; y, si no las han encontrado ahí, quiere decir que todo lo último que han hecho se habría perdido, y los actores ya se han desmaquillado y se han quitado la ropa, por lo que no da tiempo a volver a grabarlas ahora; y tampoco se pueden permitir volver a repetir un día en lo mismo, ya que tienen bastantes escenas atrasadas.
Sin pensárselo mucho más, Hazel se hace paso como puede entre la gente para llegar hasta el ordenador en el que ahora mismo todo el mundo está concentrado. Todos tienen la misma expresión de frustración mientras sus ojos se dirigen a la pantalla.

- ¿Es en serio?- pregunta Hazel nada más situarse junto al asistente de dirección, que ahora mismo está sentado frente al ordenador.
- Llevamos tres cuartos de hora buscando por todos sitios...hasta hemos formateado un poco, pero no hay manera- contesta el hombre pasando una mano por su pelo, frustrado-. Ya hemos probado todos varias veces, y nada- nada más escuchar esas palabras, la joven Taylor no puede evitar fruncir el ceño con cierto fastidio.
- ¿Y por qué no me habéis avisado hasta ahora, si soy la encargada de la fotografía y las cámaras?- pregunta la chica con algo de indignación.