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Alexandra retomó consciencia en medio de una larga inhalación. Abrió los ojos y observó el techo blanco de la sala de recuperación en la que se encontraba sobre una camilla.
Hacía rato que no se levantaba con la sensación del pecho apretado o presionado. Las imágenes del sueño, que había invadido su mente, se fueron disipando con rapidez mientras más presente se sintió en la realidad.
Observó su cuerpo como pudo, dándose cuenta que tenía puesta una bata y notó con facilidad la venda que rodeaba su abdomen con firmeza, protegiendo la herida ya tratada. Se empezó a levantar con cuidado y se sentó sobre la superficie blanda, corriendo las delgadas sábanas que habían cubierto la parte inferior de su anatomía mientras estuvo inconsciente. Apenas posó su pie izquierdo en el frío suelo de baldosas, entró el mismo doctor que la había atendido con anterioridad.
—Creí que tardaría un poco más en despertar —comentó Dr. Kuznetzov, tomando asiento enfrente de un escritorio para organizar las carpetas que reposaban sobre éste —. Su herida comenzó a sanar sola desde el momento en que empecé a curarla. Increíble —halagó con una media sonrisa.
Parecía como si estuviera invitando a la mujer para que siguiera también la conversación.
—Todos los cuerpos humanos tienen la capacidad regenerativa —respondió con voz suave y algo rasposa. Se quedó mirando a la nada, queriendo simplificar las sospechas del señor.
—¿Segura que no quiere compartir algo? —insinuó.
En ese instante, Alexandra sintió que volvía a tener trece años. Una preadolescente con recaídas extrañas de las cuales se recuperaba con facilidad días después. Sacudió la cabeza, alejando esos recuerdos y tensó el cuerpo, a la vez que empuñó sus manos.
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MERCY «bucky barnes»
Fiksi Penggemar𝕄𝔼ℝℂ𝕐 ˡⁱᵇʳᵒ1 «𝘭𝘢 𝙢𝙞𝙨𝙚𝙧𝙞𝙘𝙤𝙧𝙙𝙞𝙖 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘰𝘴𝘪𝘤𝘪𝘰́𝘯 𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘥𝘦𝘤𝘦𝘳𝘴𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘴𝘶𝘧𝘳𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴 𝘺 𝘮𝘪𝘴𝘦𝘳...