•duele•

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Luego de un tiempo, más o menos una semana,Charlotte, Annie y yo comenzamos a volvernos muy buenas amigas. Comencé a llevar a Charlotte a ver el amanecer más seguido y, casi siempre, nos desvelábamos juntas hablando. Me gustaban esos momentos felices. Pero no lograba disfrutarlos al máximo. Siempre había algo ahí. "Juliette ¿cómo se te ocurre? Alguien tan estúpida y solitaria como tú con una amiga. ¿De verdad te estás creyendo está maldita mentira? Ella te va a dejar wn cuanto vea que sientes que tienes una amiga te sentirás más sola que antes. No me digas que no te lo advertí maldita idiota."

A veces Annie se escapaba de su casa y se quedaba a dormir con nosotras. Me sentía más que mal por verla de esa manera. No podía evitar verla diferente. Pero ella nunca me verá así. ¿Cómo podría? Pues sigo siendo yo.

Una noche en la que veíamos el atardecer, Joshi comenzó a comportarse extraño. Parecía sentirse mal. No comentó casi nada, lo que es poco usual para él. Tampoco miró mucho hacia arriba. Mantuvo su mirada fija hacia abajo hasta que el sol ya casi había salido. Le pregunté si tenía algo, raro él solo negó con la cabeza y regresamos cada quien a su orfanato. No pude dejar de pensar en el. ¿Qué tendría? ¿estaría enfermo? ¿O acaso alguien le habría hecho algo?

Al día siguiente al voltear hacia la ventana veo que hay una ambulancia. Es de el hospital del seguro, así que no les están cobrando. Luego de un rato veo que sale un hombre con un niño en manos. Joshi. Sabía que tenía algo, pero él no quiso decírmelo. Veo como la pequeña ambulancia se lleva a mi hermano. No podré ver el atardecer con él. No podré protegerlo. Nunca pude. Por eso está así. Miro al rededor y busco algo que me ayude a calmar mi dolor interno. Al no encontrar nada en nuestra habitación, decidí comenzar a arrancar los pelos de mi brazo uno por uno. Me dolía. Pero dolía menos que saber que si yo hubiera estado ahí, tal vez mi hermano no estaría enfermo. Veo hacia la cama de Charlotte. Ella no está ahí. Veo que el baño está ocupado. Toco la puerta y escucho la voz de Charlotte del otro lado diciéndome que me aleje. Yo la ignoro y forzo la puerta hasta lograr abrirla. Al hacerlo la encuentro con los brazos tapados y con algo de sangre alrededor. También hay un Gillette sangrado.
–no me veas por favor!–dice
–no lo haré, te lo prometo–respondo
–ok. Mejor mira–dice después de cerrar la puerta y jalando sus mangas hacia atrás, dejando al descubierto unas marcas en su piel. Parece que acaba de abrirlas, tal vez de volverlas a abrir.
–y... ¿por qué?
–no puedo más. Toda mi familia acaba de morir. Soy una idiota. Debí haber sido yo.
"Tu no eres la idiota. Soy yo"
–oye...–digo, temerosa a su respuesta–¿me lo prestas?–luego señalo el Gillette
–claro, Tómalo.
Yo lo tomo con las manos temblorosas y le digo que si puede salir. Ella lo hace y al hacerlo yo comienzo a meter la pequeña navaja en mi piel. Al comenzar a introducirla, tengo cuidado de no hacerlo en las venas. Duele. Mucho. Pero me ayuda a sentirme mejor con lo de Joshi. Pasa un tiempo y me doy cuenta de que no puedo salir con los brazos descubiertos. Al salir corro hacia mi ropa y tomo un suéter gris. Me lo pongo, cubriendo las heridas que acabo de abrir.

En la escuela me la paso pensando.
"Debiste ser tú. Tu no mereces vivir"
"Morirá y será tu culpa"
"Ningún tipo de dolor podrá calmarlo"
"¿Te duele? A él también."
Al llegar a mi cuarto de nuevo volví a encerrarme en el baño y comencé a abrir más las heridas. Esto es todo mi culpa. No puedo soportarlo. No merezco vivir. No merezco que me consuelen. Él no merece esto. Es todo gracias a mi.

No pude dormir toda la noche. No fui a ver el amanecer porque me haría sentir peor. Él era feliz, era un buen chico. No se merecía esto. Esto es lo último que esperé que pasara.
No lo merece...










:3
Y comienza mi pequeña maratón! Ok bueno. La maratón termina el viernes. Solo aviso ;v

Diario de un suicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora