Capítulo 7

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-¡Estás loca!- grito doña Carmela Moreno  al ver  a María Jimena tratando  de arreglar la ropa de ella- deja eso. Para eso tengo a Lorena.

María Jimena suspiro.

-¿Por qué siempre me tratas mal?- dijo entristecida la mujer. Ella trataba por todos los medios que  la mujer la aceptara, pero no lograba ablandarla.

-Porque no te quiero para mi hijo- dijo la mujer mayor con voz cargada de resentimiento- no creas que yo no sé la clase de víbora  que eres. Eres una vividora. No trabajas y andas de un lado para otro con cuanto  hombre se te aparece.

Carmela  sonrió al ver la cara de la mujer.

- ¿Creíste que no lo sabíamos?
Los ojos de la hermosa mujer se abrieron de par en par.

-¿Sa…ber …qué?- preguntó ella aterrada tanto por la forma de que le hablaba como  por la fría y dura forma que la veía.

-Que mantienes un  amante en Capital- rio al verla perder el color del rostro- la pregunta aquí es porque  él te soporta habiendo una mujer maravillosa aquí  a su lado. Se refirió a su hijo y a Lorena .  Los ojos de Carmela  brillaban con una intensidad misteriosa.

-¡Doña Carmela!  – Rezongo ella nerviosa- no sé de qué me está hablando.

La vieja sonrió maléfica.

-Te suena el nombre de Guillermo Suarez- sonrió al ver que la mujer casi se desmaya.

María Jimena se tambaleó  nerviosa cuando trato de retroceder para alejarse de ella. Jamás  pensó que su mayor secreto estuviera descubierto.

-Yo misma me encargue de que su adorada esposa supiera de tu tórrido romance con él- confesó.

María Jimena miraba a la mujer y no podía creer lo que escuchaba. Los ojos grises de la mujer se veían helados y le sostenían la mirada desafiante.

-¿Qué? ¿No me crees? – Sonrió nuevamente- si quieres le llamamos....yo misma te doy el número.

-¿Por qué? –Dijo ella con voz temblorosa y sus manos eran  un amasijo de nervios- ¿Por qué… no se lo… has dicho….. Adrián?

-¿Quién te dijo que él no lo sabe?- le respondió ella.

María Jimena regreso a su habitación y lloro por primera vez la pérdida de un amor.

Cuando Guillermo la abandono ella se refugió en la idea de que Adrián la amaba y por eso se dedicó a cuidarlo y a estar pendiente de él cada día más.

Cuando llego al rancho descubrió que su amor por Guillermo no era real, solo era un espejismo del que ella se aferraba. Al ver en Adrián el  entusiasmo con el rancho y con todo lo del campo, ella también se entusiasmó.

Sin darse cuenta poco a poco se enamoró de manera sincera y limpia. Él era un hombre muy trabajador, honesto y sobre todo fiel. Cuando conoció  a las jóvenes al momento de llegar al rancho se encelo de solo pensar que alguna de ella pudiera codiciarlo. Y fue cuando se percató que estaba muy enamorada de su prometido. De su hombre.

Y ahora, su mayor temor se hizo realidad.

Lorena le tocó el corazón  a Adrián y ella  lo descubrió  y armó una  estrategia  para  casarla, para sacarla del camino de los dos, pero todo estaba saliendo mal. Muy mal.

La mujer estaba acostada en la cama llorando con desesperación porque todo su mundo se derrumbaba  y ella era consiente que no podría detenerlo a él. El amor que él sintió por ella tiempo atrás ella misma lo había enlodado.

Confusión I. Adrian. Serie Salamina Nº 11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora