capítulo 4

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2 semanas después...

–en serio aquí trabajas?– pregunté sorprendido

Ya ha pasado tiempo desde que conozco a Magnus y él cumplió su palabra de siempre estar a mi lado y cuidar de mí. Aunque tiene su trabajo siempre se toma su tiempo de estar conmigo.

Hace un par de días el me prometió traerme a conocer el lugar donde trabaja y lo ha cumplido

–si Alexander, aquí trabajo

La empresa era enorme y fabulosa, creo que me gustaba más que las de mis padres

–vamos a mi despacho– dijo tomando mi mano libre.

Al sentir su tacto una corriente eléctrica me recorrió el cuerpo asiendo me sentir una sensación muy agradable, sentirme como en casa, a salvo y protegido.

El me empezó a guiar por el lugar, subimos por un elevador hasta que por fin después de unos minutos llegamos a su oficina. Era muy luminosa ya que había un gran ventanal que mostraba toda la ciudad. Era hermoso

–esto es fantástico– pase mis dedos por su escritorio de madera– me gusta el lugar

Voltee a mirarlo y vi que él me estaba viendo a mí. Tenía una sonrisa tierna dirigida a mí. Le sonrei de vuelta

–me alagas Alec– se sienta detrás de su escritorio y yo delante de él– que te parece si termino unos papeles y después vamos a dar una vuelta al parque?

–muy bien–

Estuvimos hablando de cualquier cosa, incluso reíamos a pesar de que el estaba escribiendo y leyendo algunos papeles. Hubo un instante en que sentí una pequeña punzada de dolor al respirar pero fue tan leve que no le di importancia, lo que ahora me importaba era la compañía de Magnus

Narra Magnus...

Leía el contrato que me habían mandado a firmar, aún que siendo sinceros no le ponía nada de atención a lo que veía ya que estaba más concentrado en la dulce voz de Alexander. Mis ojos muchas veces se desviaron a él y era imposible no ver lo adorable que se veía mirando todo con brillo en sus ojos. Hubo un momento en que se tocó el pecho y masajeo la zona pero fueron tan sólo dos segundos y preferí no hacer preguntas.

Al final firme sin leer

–termine, que te parece si vamos al parque ahora– dije levantando me de mi asiento y dirigiéndome a él. Alec también se puso de pie.

–claro, vamos– dijo con una sonrisa

Me acerqué a él con la intención de tomar su mochila y jalarla yo pero no me di la distancia y nuestros rostros quedaron muy cerca. Mire sus labio que desde hace semanas quiero besar. Y es que fue amor a primera vista, no pude evitarlo. No me importa su enfermedad, ni que sea un chico (al fin de cuentas soy Bisexual) lo que me importa es la manera tan tierna de sonrojarse, sus ojos que brillan cuando algo le gusta o sorprende. Su manera de preocuparse por sus hermanos. Todo de él me encanta sólo que no se como decírselo

–lo siento– digo alejando me y viendo el rubor en sus mejillas

–no hay problema– toma la palanca de su mochila– vamos

Empezamos a caminar hasta el elevador y de ahí a la salida. Para evitar que se esforzará camino, subimos a mi auto y de ahí nos fuimos al parque

–alguna vez has ido a disneylandia?– esa pregunta me tomo por sorpresa

–fui un par de veces de niño ¿porque la pregunta?

–curiosidad– miro al frente

–has ido tu?

–cuando tenía 14. En el hospital se les concede un último deseo antes de, bueno, morir– gire unos segundos a verlo– y bueno, izzy tenía ganas de ir y en ese tiempo a mis padres no les iba muy bien con la empresa así que...

–espera me estás diciendo que usaste tu deseo en tu hermanita?– pregunté asombrado

–si, tiene algo de malo?

–no Alexander solo...– para mi fortuna un semáforo estaba en rojo, me gire a él y tome su mano– me sorprende el nivel de nobleza que ahí en ti– lo mire con admiración– eres una maravillosa persona Alec, este mundo no te merece

Sus mejillas de nuevo se pintaron de rojo

–no es para tanto Mags. Sólo le cumplí su deseo a mi hermana y si ella está feliz, yo lo estoy

El semáforo se puso en verde y seguí el trayecto. El silencio se prolongó un par de minutos hasta que pregunte

–y ahora cual es tu deseo?

–como?

–que te gustaría hacer o ir ahora Alexander? una decisión tuya– dije  estacionando me frente al Parque cerca de la casa de Alec

–pues... No lo había pensado– se queda un segundo hací el frente hasta que su rostro se ilumina– o tal vez si. Me encantaría ir a Francia

–la ciudad del amor?– pregunté con una sonrisa coqueta. El se sonrojó

–bueno...yo... Eso no es...

–tranquilo Alec sólo bromeó

–eres cruel– me da un pequeño golpesito– vamos necesito aire fresco– bajo del auto junto a su pequeño tanque y yo a los segundos hice lo mismo

Nos sentamos en un banca frente a los juegos de los niño, en silenció, un silencio que Alec rompió

–Max quería ir a Francia– dijo con nostalgia– hablaba tanto de el lugar que me hizo desea ir y subir a la torre iffel

Lo mire con tristeza, nunca con lástima. Mi primer instinto fue abrazarlo y así lo hice. Alec se acurrucó en mi pecho. Eso me hizo saber que en mis brazos se sentía seguro y eso me saco una pequeña sonrisa

–te prometo que un día irás a Francia y ese día estaré a tu lado si me lo permites ¿okey?

okey

bajo la misma estrella (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora