♦ Capítulo Tres ♦

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Derek, eres un imbécil:

Catherine.

Desperté de repente por una pesadilla horrible, una en la que mis más grandes temores se hacían delante de todos, todos me veían pero yo no, no podía verlos porque me daba pánico bajar la vista y allí estaba el desgraciado que me había hecho tal maldad que era el novio de Hailee pero después todo se calmaba, Derek estaba allí y me calmaba, estar en sus brazos me calmaba. Me incorporé en la cama antes de encender la luz de la mesita de noche percatándome que la habitación donde estaba no era la mía y que lo que había soñado si había sucedido, miré mi atuendo que era una camisa grande de Derek pero que tenía mi ropa normal debajo de está a excepción de los zapatos que estaban en el piso. Un cuerpo moviéndose me hice sobresaltar pero me calmé rápidamente al percatarme que era Derek que dormía incómodamente por lo visto en un sillón en la esquina de la habitación, los recuerdos de la noche pasada me perseguían.

· Flashback ·

No entiendo como Derek es tan idiota, en verdad no creo que pueda seguir más con está mentira por esta noche justo ahora solo quiero descansar y olvidarme de está estúpida cita doble. Tristán lleva haciéndome caminar demasiado, vemos como se mueven a cada rato Hailee y Derek lo que me molesta que sea tan cercana a él y que él se deje manipular fácilmente por lo que siente hacia Hailee.

Llevamos alrededor de una hora caminando y ya no puedo más con mis pies, necesito descansar. Teniendo esté pensamiento en mente, me senté cerca de un espacio entre la entrada del muelle y el final del parque de diversiones sin embargo un movimiento rápido que hace que mi pulso se altere rápidamente, siento como me toman de la cintura y tapan la boca antes de sentir una respiración cerca de mi cuello, esto me altera demasiado rápido antes de sentir como muerde la punta de mi oreja haciéndome temblar bajo los brazos que me sostenían.

—Vaya, Smith. ¿Pensabas escaparte? Piénselo mejor, princesa. Vamos a una atracción, casi no hemos podido jugar. — Escuché la voz de Tristán y todo pensamiento bueno de él se esfumo claramente, escuché su risa antes de ver cómo me colocaba una tela delante de los ojos antes de empezar a caminar escuchando el siseo de Tristán en mi oído. Caminamos poco, ya escuchaba más las voces de las personas y el olor desagradable que había donde me encontraba antes se había esparcido sustituido por un olor a papás fritas y algodón de azúcar.

Sentí como se detenía antes de volver a caminar ayudándome, de mala gana por cierto, a subirme en algo que no descifré hasta que empezó a andar, pensaba que estaba conmigo pero me di cuenta de que no era así y que estoy en la peor de mis pesadillas. Mi ansiedad empezó a crecer, mi pulso se aceleró el doble que lo sucedido con Tristán mientras que sentía como mi respiración empezaba a fallarme, cuando me gire a mi izquierda fue muy mala ya que empecé a gritar sin embargo es algo inconsciente, sentía que todo mi mundo empezaba a caer, las lágrimas ya caían por mis mejillas, mi respiración era entrecortada, mi mente pasaba cada imagen de toda mi vida mientras que mi pecho estaba a punto de salir, mi mente me jugaba mal ya que empezaba a procesar cada forma diferente en que pudiera caer de esta montaña rusa la cual era nada más yo, solo yo estaba aquí, era mi solo vagón haciendo que todo empezará a empeorar. Cada uno de mis vellos estaban erizados, mi cabello volaba a mis costados mientras que yo tapaba mi rostro con mis manos mientras pedía ayuda de estas personas que no hacían un carajo, necesitaba que me bajaran, no quería morir sin experimentar el baile en público, el canto, las personas vean mi talento ante el diseño gráfico, tenía tantos planes por hacer pero todos se veían borrosos justo ahora, justo donde mi mayor miedo se hacía tan real que solo pensaba en algo que era lo único que tenía seguro: iba a morir aquí. El aumento de velocidad solo provocaba en mí dolores de cabezas demasiados fuertes, sentía que no podía moverme de la posición en la que estaba pero mi boca hablaba por mí, necesitaba que parará, necesitaba que esto fuese un sueño y estuviese en realidad en mi cama con mi conejo de peluche 'Malvavisco' después de ver una serie cualquiera.

S.O.S ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora