Erika

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Comenzaba a pensar que le agradaba a Erika, a pesar del poco tiempo de conocernos. Y no se que tan bueno pueda ser el distraerme con estas cosas cuando necesito enfocarme en mi misión. Aunque por otra parte, ella es la única persona con vida que conozco ahora, y quizá, la única con vida de todo el mundo.

Todavía quedaba mucho trayecto por delante, varios días juntos nos aguardaban, por lo que decidí hablar mas con ella, conocerla mas a fondo. Poder disfrutar al máximo mis momentos con ella.
Disfrutando el amanecer juntos mientras caminábamos en el bosque de camino a la montaña, charlábamos acerca de nuestro pasado. Ya que teníamos casi la misma edad, hablamos de nuestras épocas de cuando éramos jóvenes, las tonterías que hacíamos de niños y todo buen recuerdo que alegrara lo pesado de nuestro camino.
Y a decir verdad, ella era bastante similar en cuanto algunos gustos míos.
Yo aprendía de ella y ella de mi. Cuando llego la noche, antes de subir la montaña, ella me enseño acerca de las estrellas, así como su padre lo hizo con ella. Yo le enseñaba acerca de los libros y como funcionaban algunas cosas.
Entre platica y platica, una cosa llegó a la otra y nos besamos. Supongo que era lógico, las únicas personas vivas en esta mierda tenían que enamorarse, ¿no?
La pasión de aquella noche fue escalando hasta que hicimos el amor. Y para mi buena suerte, al acabar, nos recostamos juntos al ver las estrellas de las cuales ella me habló.

A la mañana siguiente, despertamos para continuar con nuestro viaje.
Subimos por la montaña con un poco mas de complicaciones que la anterior, pero esta vez al subir alguien nos estaba esperando; Mutter.
Una aberrante mujer centauro la cual poseía diez patas y dieciséis brazos, varios de ellos hechos cuchillas, los cuales en su mayoría salían de su espalda y su nuca, las cuales estaban mal formadas ya que se estiraban hasta la altura de su cola.
En uno de sus brazos estaba su deforme rostro, el cual ella misma se había arrancado de su cara. Ya que según el libro #5, ella fue alguna vez era parte de los centauros, tenía hijos, pero por su extremo adulterio al morir, ella como castigo por sus pecados, Jehormenther la violó y la premió. Pero su hijo salió por su espalda, rompiéndosela por completo. Al ver la monstruosidad que ella había parido, le suplico a Jehormenther que se decidiera de el, ya que no quería ser su madre; y el aceptó, a cambio de que ella se arrancara y llevara siempre su propio rostro como venganza y humillación.
Y ahora ella esta frente a mi, mirando hacia el horizonte, encima de la montaña.

Mutter: Te conozco Desmond, el hablaba mucho de ti.
Desmond: ¿Que sabes de mi?
Mutter ¡TODO! ¡Ese maldito bastardo me tuvo como su maldita perra durante siglos! Y durante la ultima década solo hablaba de ti, era insoportable... pero ahora que soy libre le puedo dar fin a mi sufrimiento.
Tu no sabes maldito bastardo la suerte que tienes...

Después de eso, ella se giró rápidamente hacia mi, le dije a Erika que se corriera.
Y Mutter saltó hacia mi, encajándome dos de sus brazos en mis hombros, y al instante me intento poner su rostro, diciéndome: -"Mira los horrores que e visto"
La logre patear para quitármela de encima, para ahora tener una pelea de pie.
Le corte sus brazos delanteros, entre los cuales estaba el de su rostro, cuando eso pasó, ella grito tan fuerte que me sangraron los oídos, y al instante de su rota espalda había salido su monstruoso hijo, matando al instante a Mutter.
El no venia en ninguno de los libros, y tenia un aspecto abominable, un centauro hecho de músculo del cual brotaban huesos por todas partes, pero lo que mas lo diferenciaba de su madre es que su cabeza de músculo, el cual estaba recubierto por un craneo de vaca.

Gritaba a todo volumen el nombre de su madre a cada instante, y al verla muerta se fue directo contra mi, agarrando mis hombros con sus brazos, dejándome inmóvil, y golpeándome con su cabeza hasta dejarme en el suelo.
Cuando el estaba apunto de matarme, pisándome la cara, una flecha con punta de luz le atravesó el ojo derecho, dejándolo aturdido.
Había sido Erika, con un arco deslumbrante que cambia de color.
Aprovechando el momento, me levante y el corté la cabeza al monstruo, que para mi sorpresa, aun se seguía moviendo, pero con movimiento torpe, por lo que solté la espada y lo empuje hasta llegar al final de la montaña para dejarlo caer.
Cuando finalmente cayó, me dirigí con Erika para preguntarle que pasó.

Desmond: Wow... ¿Que rayos fue eso?
Erika: No lo se, yo solo vi que la mascara de Sigma comenzaba a sacar destellos, así que decidí ponérmela, igual que tu...
Sigma me ayudó cuando llegue con ella, me dio esto, y solo decidí usarlo....
Desmond: Erika, eres asombrosa. Te debo una.
Erika: En realidad, estamos a mano, pero bueno... vente, déjame ayudarte con esas heridas.

Erika me ayudo a vendarme, y después de eso decidimos descansar y pasar la noche en la cima.
Lo que pasó fue increíble, no cabe duda de que ella será de mucha ayuda en este viaje. Comienza a gustarme cada vez mas.

La CaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora