Estaba furioso, triste, desconcertado, la vida ya no tenia sentido. Acabe con la ultima fe que yo tenia, yo mismo la había matado.
Pero por alguna razón, cada vez mas el coraje y la furia me invadían de manera ciega, por lo que decidí ponerme de pie y destruir todo lo que se interpusiera en mi camino.Entré a la gran catedral donde Jehormenther se asomó y dentro vi a la hermana de Sigma.
Una mujer de seis cabezas, una piel negra la cual era cubierta solo de la cintura para abajo por una falda de cuero negro y delgada, seis brazos y un pecho abierto de adentro hacia afuera.Leyda: Veo que al fin llegaste, te estaba esperando.
Desmond: Quítate de mi camino maldita perra, yo solo quiero a Jehormenther.
Leyda: Ya veo... sigues creyendo en esas mentiras, ¿Verdad?
Desmond: ¡Cállate!
Leyda: Veras...a diferencia de mi hermana, yo si soy honesta. Ella solo te dijo lo necesario para retrasarte. Puedes llevarte mi alma si así lo deseas, pero la caída sobre tu mundo ya ha llegado.Acto seguido me abalancé sobre de ella, y con mi mano en llamas le arranque sin piedad cada una de sus caras mientras ella reía hasta morir.
Me lleve su alma, y procedí en mi búsqueda de ese hijo de perra. Hasta que durante el camino hacia la parte superior de la catedral seguí encontrando paginas sobre mi, y de repente aparecí con Sigma.Sigma: Ahora lo sabes..., Desmond yo...
Desmond: Todo este tiempo... tu lo sabias todo, tu omnisciente hija de perra...
Me mentiste durante todo este tiempo y ¡¿Para que?!
Sigma: Yo solo...
Desmond: Tu solo ¿Qué?
Solo te importaba salvar lo que te interesaba. Jamas viste por un interés mas allá del tuyo.
¡Pudiste salvar a Erika! ¡PUDISTE HABERLO EVITADO!
Llenaste mi cerebro de mentiras y solo para tu beneficio...
Sigma: ¡Escucha!
Si...yo ya lo sabia todo y aun así trate de evitarlo, pensé que si te metía imágenes de ti ayudando, podría ser diferente pero ahora veo que no.
Inclusive te salve la vida porque creí que podía lograrlo. Pero en cuanto llegaste a la ciudad todas mis esperanzas se acabaron.Tome mi espada encendida en llamas para matar a Sigma, pero antes de que me pudiera acercar ella me regreso a mi mundo.
En cuanto hizo eso, arroje la mascara de luz al suelo y la destroce de un pisotón.
Ya no podía confiar en nadie.
Llegue al balcón y ahí estaba el malnacido.
Pero antes de que pudiera hacer algo el se teletransporto detrás de mi y me tomó del hombro para llevarnos a los dos a un lugar desconocido.
La cima de una montaña en la cual podiamos ver una ciudad enorme que yo jamas había conocido. Estaba en llamas, llena de bestias persiguiendo y asesinando a todo aquel que se encontraran.Jehormenther: Mira bien Desmond.
Quiero que entiendas algo, quiero que sepas la verdad.
Desmond: ¿La verdad? La verdad es que ustedes hijos de puta solo me utilizaron para sus fines maquiavélicos. Tú, Sigma, los Dioses, ¡TODOS!
Jehormenther: Casi estas en lo cierto. Veras...
Tu, eres mi sucesor. Pero quiero que entiendas que yo no elegí nada de esto. Ni a ti, ni lo que esta pasando. El mundo esta en caos, mi reino mismo esta en caos. Y todo por los que están allá arriba. Yo no soy tu enemigo Desmond.
Ellos nunca han admitido a nadie en su paraíso, todo lo que les dijeron a ustedes los profetas, no fue mas que una mierda para mantenerlos a raya. Cuando ustedes mueren, buenos y malos van a mi reino, a diferentes lugares para pasar la eternidad. Pero descuida, que ya desde hace tiempo a las pocas almas benignas que me llegan, las mando al limbo, a un destino mas justo.
Dime algo Desmond, ¿Soy yo el malo de esta historia?
Porque hasta donde yo se, yo solamente hago mi trabajo que se me asigno desde la creación; castigar a los seres mas repudiables de este mundo.
Puedes consultar cualquier fuente de información. Yo jamas he matado a nadie, ese no es mi oficio. Los esqueletos que vez son obra de La Muerte, es su sello.
Y Erika, fue obra tuya.
Desmond: Entonces, ¿Por qué están todos ustedes aquí?
Jehormenther: Como te dije mi Reino esta en caos, debido a que los Dioses se cansaron de su mundo y le ordenaron a todo el inframundo deshacerse de todo lo que hubiera aquí.
Ellos te crearon a ti y te lavaron el cerebro para que combatieras contra mi. Pero ahora que sabes la verdad tu eres el que decidirá su destino.
Puedes tomar mi alma y unirte conmigo para ser mi sucesor y llevar la justicia a esos cabrones.
O quedarte viendo como esto se termina de morir.
Desmond: Unamonos.
ESTÁS LEYENDO
La Caida
FantasyEn un mundo similar al nuestro, donde los Dioses, cansados de los pecados de los mortales, han decidido liberar a las criaturas mas aberrantes del inframundo para así purgar la Tierra que crearon. Y así, sin piedad, ni misericordia, el mundo colapsa...