La catedral de Sigma

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En busca de respuestas, me dirigí hacia la catedral afuera del pueblo.

Todo afuera estaba completamente callado y sin rastros de vida, hasta que entre y la vi. Una extraña mujer, alta, de seis brazos cada una sosteniendo una mascara de luz.

Desmond: ¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí?
Sigma: Vienes en busca de respuestas, ¿Verdad?
Desmond: ¿Como sabes todo eso? ¡Contéstame!
Sigma: No soy tu enemiga, vengo del inframundo, pero no soy igual que los demás... a decir verdad, me agradan los animales que aun rondan por aquí. Y si te tranquilizas, puedo ayudarte. Solo debes ponerte la mascara y sabrás quien eres.
Desmond: ¿Cómo se que puedo confiar en ti?
Sigma: Por que ya te habría matado si yo quisiera, tan solo piénsalo...
Desmond: Esta bien.., ¿Qué mascara debo ponerme?
Sigma: La mascara te escogerá a ti.

Acto seguido, la mascara de en medio, del lado derecho se colocó en mi rostro, permitiéndome ver un pasado que yo no recuerdo, uno donde yo era un guerrero, pero no uno cualquiera. Uno que cazaba bestias como las que vi en el pueblo. La mascara también me demostró, que los Dioses dieron ordenes a los sacerdotes de conjurar un libro extinto que me dio los poderes de absorción que vi con anterioridad...

Desmond: ¿¡Qué carajos fue todo eso?!
Sigma:Revelaciones de un pasado que te borraron, pero que aun sigue en ti. Es tu deber acabar con esta Hecatombe, solo tu puedes salvar esta belleza perdida.
Desmond: ¿Pero porqué yo?
Sigma: Ese es un capricho de los Dioses que debes resolver con ellos.
Desmond: Gracias... ya es hora de irme.
Sigma: Ve con cuidado, tu viaje apenas comienza.

Salí de la catedral para dirigirme al templo de Tolousse a las afueras de la capital. En un viaje no muy largo donde encontré mas de esas monstruosidades, hasta que llegue al templo.
Donde las ramas muertas se colgaban por todas las paredes exteriores.
Decidí amarrar al caballo y adentrarme. Todo estaba oscuro, a pesar de que había ventanas afuera, no entraba la luz, por lo que decidí prender mi antorcha, aunque al prenderla... vi por que no podía entrar la luz...
Una...especie de "dragón" con la cabeza partida en dos, de la cual salía un centenar de colmillos, extendía sus alas negras por todo el templo.
No podía ver sus ojos... pero yo sentía claramente como el me veía a mi.
Fue entonces cuando bajo sus alas, permitiéndome ver mas a detalle el horror de su ser, el no podía volar, ya que sus alas y su cuerpo estaban hechas de músculo y pedazos de huesos, aunque sus músculos eran negros, en lugar de rosados como los nuestros.
Su cara divida se acerco lentamente a mi, y yo con manos temblorosas empuñando mi espada, vi como salía una lengua larga y negra, la cual recorrió todo mi cuerpo como si estuviese tratando de averiguar a lo que se iba a enfrentar.
Entonces se alejó, y con su cola me golpeó, estrellándome contra los pilares del templo. Dejándome inconsciente por unos minutos, en los cuales vi de nuevo a Sigma, diciéndome que no podía darme por vencido, y que este "dragón" era solo el comienzo.
Entonces con unas llamas verdes en mis ojos, me levante, empuñe mi espada y en cuando el dragón se acercó, le clave la espada en el centro de su boca. Matándolo y dejándome obtener su esencia vital.

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