Loco por él [SeXing]

11

Baekhyun no entendió por qué Yixing parecía tan desesperado por encontrar un doctor, como si esa acción pudiera brindarle un poco de tranquilidad a su alma. Tampoco supo por qué Sehun ya no estaba junto a él, cuando hace unos minutos los dos se habían marchado sin ningún problema aparente. Entendió que algo había salido mal, porque en cuanto el mayor se acercó a Jongin para pedirle algo en voz baja, pudo observar que sus ojos estaban rojos. Había llorado.

Yixing logró encontrar a una enfermera después de cinco minutos de intensa búsqueda. La mujer, pequeña y amable, le dijo que buscaría a alguien de guardia para que pudiera dar la orden de elaborar el análisis de ADN que él solicitaba.

Tres horas más tarde un hombre les pasó un sobre que Yixing abrió con las manos temblorosas. Baekhyun se apartó cuando Jongin miró a Yixing, con una profunda decepción impresa en sus ojos castaños. No hubo gritos, ni confusión, Jongin tomó su chaqueta y desapareció de la sala del hospital para no volver jamás.

Yixing cayó al suelo, sujetando fuertemente los resultados en la mano derecha. Las lágrimas brotaron con fuerza e inútilmente trató de cubrirse a sí mismo para que nadie le viera.

Baekhyun se acercó con pasos dudosos, sin saber con exactitud qué ocurría o qué debía hacer. Yixing le pasó la hoja a modo de explicación, porque no podía encontrar un modo para calmarse, no podía encontrar la forma para sentirse mejor con todo lo que sucedía a su alrededor.

El más bajito leyó cada línea, a tal velocidad que tuvo que releer algunas partes para asegurarse de que no había entendido mal. Al final todo fue muy claro, los números no podían mentir.

El ADN de Kim Jongin había mostrado cero coincidencias con el de Zhang Minho. Por lo tanto, Jongin no era el padre biológico del hijo de Yixing. Y ante la ausencia de Sehun, fue fácil para Baekhyun hilar quien era el verdadero padre del pequeño.

.

Jongin no supo con certeza cuál era el sentimiento que se instaló en su pecho. ¿Era rabia? Quizá ira. O tal vez tristeza. ¿Dolor? Probablemente, porque el pequeño al que había intentado agradarle, y de quien inevitablemente se había encariñado, no era sangre de su sangre.

No tuvo dudas de quién sí lo era, mucho menos cuando lo encontró en la puerta principal en condiciones lamentables.

Sehun lo miró, con miedo de no saber cómo actuar o qué decir. Jongin se acercó hasta él, sin notar que algunas lágrimas escurrían por sus mejillas.

—Es tuyo, ¿cierto? —inquirió Jongin—. Minho es tu hijo.

Los ojos de Sehun se abrieron. Yixing le había dicho la verdad, más pronto de lo que le habría gustado, antes de que siquiera pudiera formular un discurso para explicarse.

—Yo... Yo no... —balbuceó.

—Me hice una prueba de ADN y salió negativa, Sehun. ¿Quién más podría ser el padre si no eres tú?

Sehun abrió la boca para decir algo más, pero no pudo emitir ningún sonido. ¿Qué se supone que debía contestar? No podía negar la verdad, ocultarla le había hecho daño a todos.

—Lo siento.

Jongin sonrió con amargura.

—Destrozaste a Yixing —Fue lo único que dijo el moreno antes de pasar junto a él e irse.

Sehun miró fijamente la figura de Jongin hasta que ésta desapareció. Las palabras resonaron en su cabeza una y otra vez, resquebrajaron su corazón un poco más.