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Jhonny bajó de la cama de Minho cuando se percató de que éste se había quedado dormido, apenas algunos minutos después de haber llegado a casa.

La gatita avanzó con pasos perezosos, en busca del lugar de donde provenía el ruido que emitía el segundo humano en el departamento. Lo encontró en la habitación de al lado, donde Sehun empacaba sus cosas.

El minino maulló, exigiendo su atención. Para su decepción, sólo obtuvo a cambio una breve caricia en su lomo y un suspiro por parte del hombre. El animal protestó y se introdujo en la maleta, evitando que Sehun pudiera seguir con su tarea.

—Ahora no, Jhonny —La voz de Sehun sonó agotada—. Necesito hacer esto...

Concentrarse en doblar la ropa era lo único que impedía que sus pensamientos viajaran a Minho, a la posibilidad de que fuera su hijo. La frustración se apoderaba de él a cada segundo que pasaba, porque no podía recordar nada de la fiesta de inseminación de Yixing y eso impedía que sus teorías pudieran hilarse.

Jhonny no entendió sus palabras y mucho menos sus sentimientos, por lo que se recostó y lo miró, extendiendo su cuerpo para mostrarle que quería que le mimara como Minho siempre hacía.

Sehun no se inmutó, dejó escapar un segundo suspiro más audible que el anterior y se levantó, dispuesto a tomar su celular. La felina se incorporó con la misma velocidad, molesta por ser ignorada por segunda ocasión.

—¿Chanyeol? —La voz de Sehun tembló, no supo si era producto de los nervios o de la esperanza de que éste pudiera tener información valiosa de aquella noche.

—¿Sigues vivo? —respondió el otro con tono burlón—. ¿Ya ahogaste al niño?

—Estoy bien. Yo... —Sehun dudó por unos segundos, sin saber con exactitud por dónde comenzar—. Necesito ayuda.

—No, yo no sé cuidar niños, ya lo sabes.

—No me refiero a eso. Necesito ayuda porque he notado cosas extrañas en Minho, el hijo de Yixing.

—Extrañas... —repitió Chanyeol, sin entender a qué se refería Sehun—. Tienes que ser más específico.

—En el tiempo que he estado conviviendo con Minho he notado algunas... similitudes, sí, muchas similitudes entre él y yo.

Sehun apoyó su frente en la pared más cercana, como si el frío de ésta pudiera ayudar a que su cabeza dejara de ser un desastre.

—¿Y...?

—Sé que esto suena como una locura, pero creo que Minho es mi hijo.

Hubo un silencio sepulcral, en el que Sehun sólo fue capaz de escuchar la respiración de Chanyeol al otro lado de la línea. Esperó, a pesar de que sus nervios iban en aumento y su paciencia se agotaba a cada segundo que pasaba.

—Necesito una foto para comprobar eso —habló finalmente el mayor.

—¡Hablo en serio!

—¡Yo también! Escucha, ese día hiciste cosas muy raras. Y luego dijiste eso del intercambio... —Chanyeol se detuvo, porque de pronto algo pareció tener sentido—. El niño podría ser tuyo... De acuerdo, ¿puedes venir a mi departamento?

—Yixing llegará pronto, supongo que podré ir por la noche.

—Está bien, te veré en unas horas.

Chanyeol colgó, dejando a Sehun más confundido que antes.



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Yixing bajó la mirada y se concentró en sus manos, delineó los huesos y algunas venas que sobresalían de la piel, con la esperanza de que eso pudiera distraerlo de la extraña atmósfera que se había formado en la camioneta.

Loco por él  [SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora