5

1K 123 14
                                    


La recuperación de Yixing fue lenta debido a la cantidad de sangre que había perdido durante el parto. Su familia estuvo junto a él en todo momento, sobre todo su madre, quien se encargaba de cuidar de Minho cuando Sehun no estaba cerca.

Después de una semana de intensos cuidados y reposo, Yixing por fin pudo cargar a su primogénito por primera vez.

La doctora Kim le anunció que su cuerpo había logrado recuperarse, por lo que ya no existía peligro de que algo malo ocurriera si sostenía a Minho. La única advertencia fue que la herida de la cesárea podía abrirse si no era cuidadoso con sus movimientos, y ante la menor sensación de apertura debía dar un aviso inmediato. Yixing asintió a cada indicación antes de acercarse a la cuna que el hospital había llevado hasta su habitación, donde su pequeño permanecía dormido.

Con un poco de miedo tomó al bebé, tal y como su madre le había enseñado la última semana antes de que diera a luz. Al principio temió herir a Minho, de apretarlo demasiado o de que éste se le cayera, pero todo pareció fluir con total naturalidad en cuanto su hijo estuvo entre sus brazos.

Sintió su corazón latir con más fuerza cuando pegó el cuerpecito a su pecho, como había anhelado hacer desde que supo que su pequeño venía en camino. Minho suspiró entre sueños, como si reconociera que Yixing era quien le sostenía. Su manita se movió y apretó la camiseta de su padre, haciendo que éste dejara salir algunas lágrimas de emoción y que una cálida sensación se extendiera por su pecho.

El resto del día Yixing no fue capaz de separarse de su bebé, y Minho pareció encantado, porque lloraba si alguien osaba apartarlo de su padre. La única persona que pudo tomarlo fue Sehun, pues apenas escuchó su voz comenzó a inquietarse en los brazos de Yixing, moviendo su cabeza y exigiendo silenciosamente que lo llevaran con él.

El menor de los Oh apareció después del trabajo, y Yixing no supo explicar cómo su rostro pudo cambiar en un santiamén en cuanto vio a su bebé. La fatiga se esfumó y sus energías se vieron renovadas en cuanto tomó a Minho entre sus brazos.

Yixing admiró la fuerza de Sehun, porque su hijo era muy grande para ser un recién nacido. Midiendo treinta y un centímetros, y con un peso de cuatro kilogramos, Minho podía hacer que la espalda de quien lo sostenía doliese después de un largo rato. A Sehun, en cambio, no pareció molestarle ni un poco.

—A veces pienso que tú sólo visitas a Minho —Se quejó Yixing, quien había encendido la televisión después de que Sehun le contara a su hijo cómo había estado su día, como solía hacer cuando estaba en el vientre.

—¿Estás celoso de un bebé, Xing? —preguntó el menor, con una sonrisa grande y burlona.

Yixing apartó la mirada, de lo contrario terminaría por sonrojarse, porque sí, su reclamo había sonado como si estuviera celoso de la atención que Sehun ponía en su hijo. Optó por tomar el control remoto y cambiar el canal, fingiendo que buscaba una programación más interesante.

—Ni siquiera me saludaste cuando llegaste —dijo Yixing, luego de dejar la programación en los últimos minutos del Music Bank, cuando se dio cuenta de ya había dado la vuelta a los canales.

Sehun bajó la mirada, sintiendo como cada poro de su cuerpo se llenaba de alegría. Jamás pensó que Yixing estaría celoso por no obtener su atención. Le agradeció mentalmente al bebé entre sus brazos y se levantó, asegurándose de sujetar bien a Minho antes de avanzar.

Yixing se quedó quieto, mientras Sehun ocupa un lugar junto a él en la cama. Se quedaron en silencio por unos minutos, en los que los únicos sonidos que se escucharon en la habitación fueron las voces de los presentadores anunciando al grupo ganador de la semana y los balbuceos que emitió Minho, cuando logró ver el rostro de su padre.

Loco por él  [SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora