10

938 114 34
                                        

Sehun nunca había sentido tanta desesperación en su vida, no así. La angustia inundó cada parte de su cuerpo como veneno, y no supo cómo logró salir de ella para pedir ayuda.

La ambulancia llegó al departamento de Jongin en pocos minutos gracias a que Baekhyun llegó en el momento correcto. Sólo él parecía tener cierta lucidez ante la situación.

Los paramédicos arrebataron a Minho de los brazos de Sehun y en un parpadeó lo introdujeron en el vehículo.

—¿Qué sucedió? —preguntó uno de ellos.

Jackson se adelantó a relatar los hechos a detalle, sin omitir ni una parte y hablando tan rápido como podía. Su testimonio acarreó malas miradas a Jongin y el desconcierto de algunos invitados. Sehun tuvo que hacer un esfuerzo tremendo para no golpear al moreno enfrente de todos, sobre todo cuando la ira se colocaba por encima de la preocupación.

Después de que Jackson terminó con su relato, los paramédicos hicieron preguntas rápidas para conocer la edad, tipo de sangre y antecedentes médicos de Minho. Jongin se sintió como un idiota al no poder responder a más de una interrogante, Sehun lo reemplazó al conocer incluso el historial médico familiar del pequeño.

—¿Sabe si al nacer le hicieron un examen para conocer un padecimiento de hemofilia? —El hombre dejó de mirar a Jongin para buscar respuestas y su atención se centró en Sehun.

El aludido se sorprendió a sí mismo al ser capaz de recordar cada uno de los exámenes médicos a los que Minho había sido sometido al llegar al mundo. Él se había encargado de supervisar casi todos, debido a que Yixing estaba inconsciente y que los padres de éste estaban demasiado cansados para estar al tanto de su hijo y de su nieto al mismo tiempo.

—Sí —se apresuró a contestar—, salió negativo.

—Bien, quizá se deba hacer una segunda prueba.

En la ambulancia sólo podía ir una persona, y a pesar de que Jongin era el padre, éste tuvo que ceder su lugar a Sehun al no encontrar la forma de salir de su propia conmoción.

Baekhyun le aseguró al menor que los seguiría en su auto y que llamaría a Yixing. Sehun asintió antes de subir a la ambulancia, con la respiración errática y las manos sudorosas. Luego las puertas se cerraron.



.



No se pudo hacer mucho de camino al hospital, no sin un examen que pudiera acertar o descartar nuevamente la hemofilia.

Sehun miró horrorizado cómo Minho fue conectado a un monitor y como un hombre intentaba detener el sangrado nasal. Escuchó el pitido de la máquina, que le recordaba que el tiempo pasaba rápido y que su hijo perdía un poco más de sangre a cada segundo.

—Anota otro examen para descartar una fractura en la nariz, probablemente por eso no para el sangrado—ordenó uno de ellos. Era joven, quizá algunos años menor que Sehun.

—¿Necesitará una transfusión? —preguntó otro.

—Es probable...

Minho abrió los ojos, captando la atención de los presentes. Parpadeó con lentitud, porque la tarea requería más fuerza de la que tenía. Su boca se abrió, como si quisiera decir algo, en su lugar sólo salieron algunos sollozos.

—¿Qué sucede? —preguntó Sehun, asustado por la forma en que el niño se llevó una mano a la garganta.

Nadie contestó, no cuando Minho tosió y algunas gotas de sangre brotaron, manchando la sudadera nueva que su abuela le había dado como regalo de cumpleaños aquella mañana.

Loco por él  [SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora