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Por el resto de la clase Chaewon se mantuvo mirando por la ventana, pensando en que tal vez debería de ir a la biblioteca en el receso o tal vez no, pero esa chica se veía amable no como la otra o como sus compañeros de clase, además era hermosa ¿por qué una chica tan linda se fijaría en ella? Chaewon estaba frustrada con sus pensamientos tan distintos uno del otro, no quería estar sola pero al mismo tiempo no quería arriesgarse a sufrir.

Sonó el timbre y todos fueron corriendo como niños de primaria hacia el patio, dió una mirada por los bancos y hubo personas que no entregaron los libros para devolverlos, incluyéndose a ella mismo, los recogió y los llevo devuelta a la biblioteca con la esperanza de que la chica Minju no estuviera. Vio de reojo por el marco de la puerta y notó que no había nadie a simple vista, entró y comenzó a acomodar los libros donde correspondían, sintió que alguien la observaba por la espalda, se dió la vuelta y de cuclillas estaba Minju mirándola con una sonrisa.

— ¿Quieres ayuda? —Chaewon negó con la cabeza, para Minju eso no fue suficiente ya que de todas maneras le ayudó— Si no me hablas no dejaré de ayudarte.

— No necesito ayuda. —dijo Chaewon la primera respuesta que tuvo en su cabeza con un tono de voz que no era muy amable.

— Comprendo. —respondió Minju con una mirada y sonrisa seria, tomó otro libro pequeño y se sentó en el suelo a leer.

Chaewon, al terminar de acomodar todo, volvió a mirarla apenada por lo que había dicho, se sentó frente a ella abrazando sus piernas y observando sus pies— Lo lamento.

— No tienes que disculparte, —dijo Minju sin quitar su vista del libro— dijiste que no querías ayuda y eso hice. Por cierto, ¿cómo te llamas?

— Soy Chaewon. —respondió con un tono suave.

— Chaewon. —repitió Minju con una sonrisa en el rostro.

4:45 | 2kimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora