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Chaewon aceptó que Minju la acompañara, de todas formas no vivía tan lejos de la escuela. No tuvieron mucho tema de conversación en el camino, ninguna sabía con qué tema comenzar, tal vez por miedo a que no coincidieran en nada. Después de caminar por unos 15 minutos llegaron a la casa de Chaewon, se despidieron y Minju se regresó por el mismo camino.

Al día siguiente Chaewon volvió a la biblioteca en el receso, esta vez había llegado antes que Minju y cuando esta llegó se sentaron en el mismo lugar del día anterior.

— ¿Por dónde vives? —preguntó Chaewon curiosa por el camino que Minju había tomado.

— Pues vivo por detrás del colegio. —respondió Minju con una sonrisa mirándola a Chaewon.

— Entonces, ¿por qué me acompañaste a mi casa?

— Porque quería hacerlo. —Minju volvió su mirada a los libros que estaban detrás.

Chaewon se quedó callada pensando en si esa respuesta tenía algún sentido y no, nadie te acompaña a tu casa simplemente porque quiere hacerlo, debe de tener una razón específica para hacerlo. De repente Minju se levantó del suelo diciendo que tenía algo que hacer y que se verían luego, se marchó y Chaewon volvió a su aula, se sentó en su lugar mientras buscaba sus notas para estudiar. En medio de todos sus papeles había una pequeña nota.

“Una amiga me dijo que te llamas Chaewon, es un lindo nombre. ¿Aceptarías verme a las 4:45?”

4:45 | 2kimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora