003.

11.1K 1.4K 252
                                    

—Prepárate, ____. —me exigió mi padre con seriedad causando que dejara todo lo que hacía en ese momento. —Saldrás en unos minutos.

—Sí, padre.

No protesté o me negué ante lo que me decía mi padre, simplemente comencé a ir por mi armamento ninja para así salir al campo de batalla. Nuevamente mis manos se mancharían de sangre, nuevamente vería sufrir a otra persona frente a mí y no sabía si podría llevar en mí esas muertes.

Pero debía hacerlo, debía hacerlo para que Izuna no tuviera que ser el siguiente involucrado. Al menos él debía salvarse de manchar sus manos con sangre, al menos él debía vivir una vida tranquila porque con Madara ya hemos perdido varios segundos de nuestra vida.

Nosotros no teníamos vuelta atrás.

—Espera, padre. —le detuvo Madara en mitad de la salida del clan. —No envíes a ____. Envíame a mí.

—Te quedarás para que las cosas se cumplan mientras yo no esté, Madara. —le ha dicho con seriedad causando así que mi hermano mayor me viera algo dolido, pero intentó ocultarlo de nuestro padre. —Tu hermana debe aprender más sobre la guerra que estamos viviendo.

—Pero ella...

—Estaré bien, hermano. —le aseguré mientras pasaba por su lado con una expresión seria. —Sé cómo cuidarme y lo que debo hacer.

Madara no se opuso más, él dejó que me fuera junto a mi padre a encargarnos de nuestros enemigos; los Senju.

❀❀❀

—Por favor. No me mates. —me suplicó aquel ninja mientras me veía aterrado tal como me vio aquella vez ese pequeño niño. —Tengo familia...no quiero dejarlos...

—En esta guerra eres tú o yo. —mencioné con frialdad mientras sostenía mi espada con fuerza para luego clavarla en su pecho. —Yo también tengo familia... —susurré mientras veía como el cuerpo de aquel shinobi caía al suelo ya sin vida.

Miré mi espada imprimada de sangre y sentí un escalofrío, pero debía de seguir. Debía seguir matando a mis enemigos aún si ellos me suplicaban que no lo hiciera porque si yo no los mataba terminaría siendo yo la que moriría y no quería dejar a mis hermanos.

—Espera un momento, Hashirama.

Me escondí entre los árboles del lugar al oír dos voces masculinas, me escondí para así emboscarlos y atacarlos cuando menos se lo esperasen, pero al ver a Tobirama no he podido moverme.

—Llegamos tarde, Tobirama. —le decía de manera triste el chico al lado de Tobirama. —No pudimos ayudarlo.

—Debemos de tener cuidado, Hashirama. —le dijo mientras colocaba una mano en su hombro. —No sabemos si la persona que lo mató está por estos lugares.

—¿No puedes sentir su chakra? —Tobirama negó ante la pregunta de Hashirama. —Entonces se ha ido.

—No podemos fiarnos solamente por eso. —le ha dicho con seriedad mientras miraba a todos lados como buscando a alguien. —Es posible que esa persona haya ocultado su chakra.

Tobirama era una persona lista y astuta.

—Me impresiona... —susurré mientras los veía irse por lo que salí de mi escondite. —Supongo que estarán buscándome.

Iba a irme, pero al momento de girarme me encontré con la mirada seria de Tobirama. Eso causó un pánico en mi interior debido a que no me había dado cuenta de su presencia.

Iba a tomar mi espada, pero Tobirama la pateo con rapidez dejándome completamente indefensa.

—Yo también se ocultar mi chakra. —me ha dicho mientras me apuntaba con su espada, pero a los segundos la bajó. —Supongo que no has podido evitar unirte a esta guerra.

—¿Por qué? ¿Por qué no me matas? —le pregunté mientras lo miraba fijamente, esperando alguna respuesta de su parte. —Soy tu enemiga.

—No te mato por la misma razón que no lo hice cuando nos hemos visto por primera vez. —me ha dicho mientras me miraba rígidamente. —Por alguna extraña razón noto en tu mirada culpa y terror.

Me sorprendí ante sus palabras, él con una simple mirada había adivinado lo que sentía en todo este tiempo. Yo siento culpa por tener que matar y terror a morir en manos del enemigo.

—¿Qué piensas hacer ahora? —pregunté con seriedad. —¿Me llevarás con tu clan? ¿Piensas llevarme para que me torturen?

Tobirama me miró seriamente por unos segundos, pero luego apaciguó su mirada y guardó la espada que tenía en sus manos.

Miré atentamente cada movimiento que realizaba, esperando a poder defenderme si intentaba matarme.

—Vete. —pronunció con calma causando que lo viera confundida. —Vete antes que me arrepienta.

¿Por qué él estaba nuevamente ayudándome? Ahora él sabía que era una Uchiha, una enemiga eterna de su clan.

Entonces, ¿Por qué no aprovechó ese momento en matarme?

—Gracias. —esas palabras simplemente salieron sin siquiera dar aviso. Yo le había agradecido a un Senju por dejarme vivir y sabía que, si mi padre o alguno del clan Uchiha se enteraba de esto, no dudarían en terminar con mi vida.

MEMORIES; Senju Tobirama. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora