EN EL BOSQUE

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Una vez ya se habían calmado, Leo encendió el fuego, no fue fácil, los bosques al norte de América son fríos y húmedos, pero se las arreglaron para encenderlo, lo bueno que Mickey lo obligó a traer su equipo de supervivencia de Miguelangel.

--- ¿Tienes Frío? --- le dice Leo mientras se voltea para agarrar algo ---- ponte esto --- una manta oscura aparece en sus manos y se la entrega a Violeta.

En qué momento el se hizo de eso, ella no lo sabe, de hecho casi no sabe nada de lo que pasó, sólo recuerda estar agarrada a él y miedo mucho miedo.Mietras Leo esta agachado alimentando el fuego para que no se extinga, Violeta lo mira, ella lo observa atentamente, su caparazón estriado y marcado le hizo recordar que no era un humano, pero era tan fácil olvidar eso al estar cerca de él.

--- Cuando caíamos vi un grupo de casas, mañana al salir el sol caminaremos hacia allí --- Leonardo mira a Violeta que no le había quitado los ojos de encima.

--- Rebecca tenía razón --- Violeta miraba al fuego crepitar en la improvisada fogata, sin mirar a Leonardo continua hablando --- eres el mejor...--- entonces ella levanta su cara y sus ojos se posan en los zafiros de Leo, que brillaban inquietos bajo la luz de las llamas, ---- si no hubieras estado ahí....yo estuviera muerta ....si no hubieses sido tú, nadie más me habría hecho salir de ese avión ---- Violeta se levanta agarrando la manta que mantenía sobre sus hombros, y se acerca a Leonardo casi rodeando la  fogata. Se detiene frente a él, y sus marrones ojos se posan a un lado de su cara, donde una línea ahora estaba marcada, y la sangre seca tenía un color oscuro.Violeta levanta su mano, y la posa en el rostro de Leonardo, pasando con cuidado y suavidad sus dedos sobre el corte.

Leonardo no se movió;  parecía estar hipnotizado como si hubiese visto acercarse alguna hada del bosque. Y entonces sintió el tacto suave de la pequeña mano de Violeta acariciarlo sobre su herida, eso no dolió, pero el cerro los ojos, para que todos sus sentidos se centrarán en ese momento.

El nunca había sentido una caricia así, ellos se criaron entre machos así que los empujones, golpes, patadas y palabras altisonantes eran algo de todos los días, el calor o la caricia de una mano femenina, eso nunca lo habían sentido jamás, nunca tuvieron una madre que les enseñará ese lado tierno que sólo la feminidad posee.

Violeta retira su mano y espera que Leo abra los ojos, para mirarlo directo en ellos, entonces le dice --- Gracias, por salvarme la vida....gracias por no rendirte --- su suave voz se quiebra y sus labios tiemblan.Leo no entiende muy bien lo que le pasa, piensa que quizás aún siga en shock.

---- Es mejor que te sientes --- le dice él, agarrando su muñeca izquierda y dejándole un lado del tronco donde el estaba.

--- Si....si tengo frío --- le dice ella, y agarrando la manta coloca la mitad sobre él, y con la otra se sienta al lado de Leonardo y se acurrucó.

Cada músculo de su bien trabajado cuerpo se tenso, cuando sintió a Violeta junto a él, no sabe en qué momento ella término debajo de su brazo.
Violeta ya no dijo nada, ella sabía que esa noche no la pasaría lejos de Leo, cerca de él es donde más segura se sentía.

Al cabo de un rato, Violeta ya estaba dormida, sobre su regazo, tan confiada,parecia otra mujer. Leonardo acarició su cabello y apartó parte de este de la cara de Violeta.

" Es una criatura realmente hermosa, con la cara sucia y aún así se ve linda",penso Leo mirándola dormir tan tranquila. El decidió cerrar los ojos un rato, su prioridad era llevar a Violeta a ese pueblo y lograr que ella saliera de ahí.

Violeta despierta, y se da cuenta que está sola, mira a todos lados, y Leonardo no estaba allí, se incorpora y se envuelve más en la manta, hay una bruma blanquecina bastante espesa que convierte el paisaje en algo tétrico, el fuego aún estaba encendido,  sin embargo su corazón empieza a latir rápidamente, pues no lo ve a él.

Ella no tiene el valor se moverse, siente que si da un paso fuera de ese lugar que Leo había hecho se perdería y nunca se volverían a encontrar. Al cabo de un rato escucha el ruido de ramas rompiéndose y hojas secas mientras son pisadas, Violeta abre grande lo ojos con la respiración agitada, no veía muy bien que era lo que se acercaba, mientras agudiza la visión en la dirección donde se escucha el ruido. Una gran sombra se difumina en la distancia y ella se asusta.

--- ¿ Leonardo...? --- grita ella, y entonces ve como la sombra se mueve ahora más rápido en su dirección, ella se asusta, da un par de pasos hacia atrás pero pisa la manta y cae sentada, pero no sintio el golpe, sus ojos estaban fijos en lo que se acercaba.

--- ¿ Que pasó?...¿ Estas bien ? --- Leonardo al escuchar su nombre se apresuró, ya que ella se escuchaba preocupada.

--- Leonardo --- vuelve a decir Violeta, cerrando los ojos y suspirando de alivio al verlo llegar--- ¿Por que no me dijiste que te irías?....estaba asustada, cuando desperté --- le dice Violeta algo inquieta.

--- Fui a buscar algo para desayunar, pensé que lo mejor sería dejarte dormir....ayer no comiste nada, ni yo...pero creo que fue lo mejor, la comida en ese avión estaba envenenada --- le dice él, mientras empieza a colocar algunos peces sobre la fogata.

---Hay un lago, no está lejos....así que fui muy temprano, esto nos dará energía para caminar, en aquella dirección --- Leo levanta su brazo para indicar a Violeta el camino. Ella realmente estaba perdida, sólo ve árboles y más árboles.

Cuando los pescados estuvieron listos , Leonardo pasa uno a Violeta que empieza a comer con cuidado, esa carne caliente la reconforta, y se siente feliz de estar con vida y disfrutarla.

--- Tenemos que empezar a movernos, aprovecharemos el día, caminando...descansaremos sólo si es necesario --- Leonardo mira a Violeta de arriba a abajo, sus vestimenta no era nada apropiada para ese lugar. Una falda de lana gris y unas botas negras a media pierna, una blusa de gasa rosa y un saco a juego con la falda.

Leonardo se acerca a Violeta y sin pedir permiso le toma la pierna por el tobillo y arranca el tacón.

--- No es lo ideal, pero por lo menos podrás caminar --- le dice poniéndose de pie, y no importándole mucho la cara de preocupación de Violeta.

Ellos empezaron a moverse, hacia la cima para cruzar esa montaña y descender en dirección donde Leo divisó el pequeño pueblo.

Ellos empezaron a moverse, hacia la cima para cruzar esa montaña y descender en dirección donde Leo divisó el pequeño pueblo

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