Me olvidaré de ti.

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En ese preciso momento sus muñecas duelen bastante, los mareos que rondan su cabeza están agobiándolo con cada minuto que permanece en esa posición y aun así no entiende como era posible que Madara hubiese reaccionado de esa forma.

— Y ahora resulta que eres uno de esos fenomenitos y no lo sabias...

Los dientes blancos de su tío sobresalen resaltando la mueca de enfado y la indiferencia en la oscura mirada, Itachi sisea cuando sus manos apresadas por sobre su cabeza son presionadas con mayor saña, está acorralado sobre la enorme cama con su familiar encima suyo a horcajadas después de que lo aventase sobre la mullida superficie en un arrebato de ira.

"Tú eres el padre, aunque no puedo asegurarlo" fue lo único que dijo que desencadenó la situación actual, no cree que la oración fuese merecedora de la acción que casi puede jurar estuvo a nada de terminar con una bofetada o un golpe recibido y que el adulto contuvo.

— ¿Quieres achacarme un hijo que no puedes asegurar sea mío? — su ceño se frunce ante la mirada de desprecio que su sobrino ha dibujado desde hace poco y eso solo le enfada más.

— Dijiste que no podías ofrecerme exclusividad... explícame porque tendría que haberte sido fiel — responde mordaz tratando de liberarse del molesto agarre.

— Vaya mañas tienes que desconocía — sonríe irónico en medio de su indignación, le resulta sorprendente que su pequeño Itachi admita alegremente que se ha acostado con otros y que encima le anuncie un embarazo de dudosa paternidad... duda que su sobrino se revolcase con el primero que se le cruzara, su confesión fue encantadora y tan... real, pero siempre fue incapaz de corresponderle. Así que lo más probable es que este vengándose.

— Suéltame — técnicamente ordena, el peso de su tío está agobiándolo, le han conminado a cuidarse con exageración y honestamente tampoco desea regresar al hospital porque eso ocasionaría que sus padres se enterasen de todo.

— Bien — el adulto asiente pero no se retira de encima y menos libera al muchachito, en cambio inclina su rostro aspirando el fresco aroma que Itachi desprende, olfateando el blanco cuello une sus labios al recorrido, si van a terminar resolviendo el problema va a disfrutar tanto como pueda.

Pero el más joven no parece compartir los deseos del otro, empieza a angustiarse cuando la lengua húmeda recorre su piel colmándole de una sensación de ansiedad que se sobrepone al ligero calor que se agolpa en sus mejillas, — ¡déjame! — se revuelve pero solo logra que la mano libre de Madara se incruste en su pecho hundiéndolo más en el colchón — ¡Mada...

— Voy a resolverlo — interrumpe clavando su negra mirada en los ojos preocupados de su sobrino — soy tu tío, firmare los permisos y cualquier hospital tendrá que atenderte.

— ¿Qué? — pregunta con dificultad, no está del todo seguro a que se refiere pero el certero sabañón que está consumiéndolo cual frio hambriento le advierte que no debe aceptar.

— Mi pequeño tormento... — sonríe en su mueca de sarcasmo paseando su mano por el torso tibio que parece temblar con sus roces, — tomaremos otras precauciones una vez todo esté resuelto y el trato se mantiene en pie. Podemos divertirnos mucho juntos — aun lo necesitaba, aquel perfecto y joven cuerpo era ideal para ayudarlo a olvidar.

Los ojos de Itachi parecen anegarse, traga pesado guardándose su inseguridad, si bien el día de ayer pensó en "deshacerse" de ese diminuto ser que no debía medir más que una semilla, pero al oírlo de boca de Madara un rechazo inmediato surgió en contra de su tío, — prefieres un aborto — dice con la mayor indiferencia que puede siendo está muy poca.

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