Mi alegría

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10.- Mi alegría




Las lámparas de papel dispuestas por el jardín le dan un toque bastante elegante al jardín de la residencia Uchiha, Nagato observa curioso cómo han colocado algunos arreglos florales dispersados por las esquinas donde el verde césped le parece bastante... verde.

Suspira algo inquieto viendo a las poquísimas personas que han sido invitadas a la "ceremonia" contando a la familia Uchiha, a Jiraiya, Menma, Naruto y él, no ve más invitados. Entiende que puedan querer ser lo más discretos posibles para el terrible disparate que estaban montando.



*



— ¡¿Están dementes?! — casi desea tirar de sus rojos cabellos y arrancarse unos mechones por la indignación y desconcierto que experimenta.

— Fue idea de Fugaku y estoy de acuerdo — Jiraiya le da un gran sorbo al vaso de cristal con licor que está consumiendo para relajar sus nervios y poder contestar a los reclamos del Nagato, quien como león enjaulado solo está girando por su escritorio donde un montón de libros están desparramados por el piso.

— ¡Pero son solo niños! — exclama atónito, siente que va a tragarse la lengua en cualquier momento.

— Pues... no fueron muy niños para terminar en la misma cama.

— ¡Ese...! No es el problema — logra modular su tono de voz deteniéndose en medio de la estancia — comparto su opinión de que fueron irresponsables y todo... pero obligarlos a casarse solo porque van a tener un bebé me parece totalmente innecesario.

— No los estamos obligando — el de cabellos blancos resopla bebiendo más en tanto se acomoda en su silla giratoria. — Ambos muchachos están de acuerdo...

— Que van a saber de matrimonio unos niños — interrumpe — no va a resultar bien, puede que un día digan que se aman con locura y fijarse en otra persona mañana, no pueden atarlos de una manera tan ilógica. Naruto bien puede hacerse responsable de su hijo sin tener que asumir un enlace de tal magnitud con Itachi, ya cuando sean mayores si quieren casarse estará bien. Si los casan y no se llevan bien será hacerlos infelices por la excusa de un hijo.

— ¿Crees que no lo he pensado? — El mayor afila su tranquila mirada dejando su vaso sobre uno de los muebles — hay muchas más probabilidades de que su matrimonio no funcione y todo salga mal.

— ¿Y entonces? — Nagato mira con cierta mortificación, no comprende porque el abuelo de Jiraiya a sabiendas del nefasto fracaso que les espera a esos chicos haya apoyado una idea tan absurda.

— Contamos con eso.

— ¿Qué? — Pregunta tontamente — a que te refieres.

— Nagato... — entonces Jiraiya se pone de pie dando un hondo suspiro mientras avanza hacia uno de los ventanales de la habitación notando como la brillante noche en la ciudad restringe la vista de las estrellas en el firmamento. — Naruto tiene dieciséis años e Itachi diecisiete; a penas están viviendo una pequeña parte de sus vidas, existen muchas cosas que deben hacer y que "querrán" hacer — hace énfasis en la penúltima palabra volviendo a suspirar.

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