Capítulo 3

3.6K 326 65
                                    

Danny


No sé cómo llegamos a esta posición pero aquí estamos. Él con su mano afianzada a mi cintura y la mía igual, nuestra piernas cruzadas y nuestros rostros demasiado cerca.

Bueno, sí sé, pero me sentía tan bien con su cercanía que hasta ahora noto lo demasiado cerca que estamos. Sin embargo quiero seguir así. Su profunda y tranquila respiración me tiene hipnotizado, su rostro completamente relajado y sus labios...

Sacudo mi cabeza por las ideas completamente descaradas que llegan a mi mente. Continúo observándolo y no me canso de ver el por qué me enamoré de este animal. Por su comportamiento fuera de control, por sus estúpidas ideas, por su terquedad. Por ser él.

No sé si es mi mente, pero pude ver que sentía celos por lo que decían todos los hombres con los que nos cruzamos ayer. Si no era eso, no sé qué más podría ser. Y su evidente cercanía hacia mí delataba mucho. Por algo soy un buen detective, pero estoy dudando de mis deducciones. Él es heterosexual y él piensa lo mismo de mí.

Quisiera que él supiera lo que siento, pero ¿y si él no siente lo mismo? Me rechazará, y eso es lo que trato de evitar. Que me rompan el corazón como muchas mujeres ya lo han hecho. Y a pesar de que nuestra relación es muy cercana, tanto que muchos dicen que parecemos un viejo matrimonio, no creo que me vea de esa manera.

Me pierdo en mis pensamientos como lo he hecho en estos últimos días pensando en si decirle o no lo que siento por él, y al final opto por la segunda opción. Inconscientemente mi mano se desliza por su mejilla en una delicada caricia, él se remueve y me apega más a él. Aprieta sus ojos antes de abrirlos y me ve con una boba sonrisa.

—Hola, Danno.

Su rostro cambia tomando más conciencia dándose cuenta de lo cerca que estamos. Retrocede lentamente con un leve sonrojo que lo hace ver adorable.

—Lo siento —se disculpa.

—Está bien.

Él sale de la cama y se encierra en el baño, con las sábanas cubro mi cara roja de los nervios. Cuando sale ya está bañado, con una toalla alrededor de su cintura dejando ver su perfecta V. Me sonrojo aún más cuando noto que me lo he estado comiendo con la mirada.

Salgo de la cama y entro en el baño sin decir nada. Me tardo unos 15 minutos bajando mi erección matutina y cuando salgo Steve está vestido con unos shorts verde oscuro, una camiseta blanca por debajo y una camisa de cuadros encima. Se ve extramadamente guapo.

Me visto con unos shorts negros y una camisa blanca, nos colocamos los auriculares y las cámaras en la camisa. Al salir, él hace lo mismo de ayer: pasa su mano por mi cintura y nos vamos al comedor.

Desde que despertamos no hemos dicho nada; apenas nos damos miradas que luego apartamos. Desvío mi vista hacia cualquier lado y entonces veo algo.

—Steve.

Digo sin siquiera verlo, mi vista está fija en una sola persona. Un hombre de unos 30 años, tez blanca, cabello negro y complexión delgada. Viste unos pantalones deportivos negros con una camisa blanca. Detrás de él, van dos hombres que no pasan desapercibidos: son grandes, musculosos, vestidos como los hombres de negro, con gafas negras y mirada fría.

Es el ruso.

Me tenso en el momento en el que lo veo entrar al comedor. Muchos se dan cuenta de su presencia pero no le dan importancia. No saben quién es.

Miro a Steve quien, al igual que yo, está tenso. Disimulamos cuando él pasa a un lado de nosotros buscando una mesa y precisamente se sienta en la mesa junto a nosotros.

El ambiente para nosotros se vuelve un poco tenso mientras el ruso parece de lo más relajado. Vuelvo a ver varias veces a Steve y es más que suficiente para que entienda que debemos hacer algo.

Entonces un joven pelirrojo se acerca al ruso y le da un beso en los labios. Se sienta junto a él y empiezan a hablar y reír de cosas sin importancia.

"Así que son pareja", pienso.

Entre tanta charla escuchamos que el pelirrojo dice algo fuera de contexto.

—Entonces, ¿mañana en la noche?

No lo dice con un tono de seducción, más bien es un tono serio.

—Ten cuidado con lo que dices, Roy —dice el ruso en un medio susurro que logramos escuchar—. Tienes oídos por todos lados.

—Lo siento. —Veo que el tal Roy baja la mirada.

—Sí, será mañana en la noche —confirma el ruso.

El pelirrojo levanta la mirada y sólo asiente. Nosotros terminamos nuestro desayuno, pero en vez de irnos, me levanto y me "tropiezo" con la silla del pelirrojo haciendo que el agua que aún contenía mi vaso cayera sobre él.

—¿¡Pero qué diablos te pasa!?

—Lo siento, perdón. —Tomo unas servilletas para limpiarlo—. Creo que aún ando dormido, ese animal no me deja descansar. —Señalo a Steve quien recoge el desastre que hice.

—Creo que en eso te entiendo —dice ya más relajado—. Está bien, no hay problema.

—Agh, en serio lo siento.

Mientras lo limpio, le coloco astutamente un micrófono en el doblez de su playera. Por el rabillo del ojo me percato de que el ruso no nos ha apartado la vista de encima. Me disculpo una última vez y nos vamos a nuestra habitación.

—Lo escucharon, ¿verdad? —Habla Steve por el auricular a Kono y a Chin.

—Fuerte y claro, jefe —responde Kono—. Algo pasará mañana en la noche y debemos averiguar qué es.

—Al menos logré ponerle un micrófono, sabremos más después —digo.

—Bien, chicos —habla Chin—. Les avisaremos si tenemos algo por aquí en la cocina.

—Bien —responde Steve para luego apagar su auricular.

—¿Qué crees que estén planeando? —Le pregunto.

—No lo sé, pero debe ser algo muy malo como para hacerlo de noche.

Asiento y mi mente se pone en modo detective. ¿Qué será lo que tienen en mente? ¿Drogas? ¿Armas? Con el micrófono en el pelirrojo talvez consigamos más información.

—¿Así que no te dejo dormir?

La pregunta de Steve me saca de mis pensamientos.

—Era sólo parte del drama, Steve.

Intento sonar como si no fuera la gran cosa. Puedo ver por un instante una expresión de decepción se pinta en su rostro como si él quisiera que de verdad pasara y es que sí quisiera que no me dejara dormir, que él y yo fuéramos uno pero está lejos de ser realidad.

Salimos de nuestro cuarto para buscar al ruso y precisamente a la vuelta de la esquina, lo encontramos hablando muy seriamente con otro hombre. De repente, le dice que se calle y vuelve a ver hacia nuestra dirección. Nos quitamos lo más rápido que podemos, pero parece habernos descubierto.

Escuchamos pasos en nuestra dirección. Correr al sentido contrario no es una opción, tampoco encararlo. Los pasos se escuchan más cerca, pero antes de que pueda reaccionar los labios de Steve se estampan contra los míos.


__________________________________________




No diré nada, sólo dejaré esto aquí y me iré lentamente...

KattaLuna🌙

El Crucero Del Amor - Fanfic McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora