Cap-5-buenos dias.

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Me he levantado de lo mas bien, hoy fue el primer día en mucho tiempo dormiendo sola, sensación increíble, pero no ha de durar mucho y es que debo de ir a la escuela, comienzo a des-vestirme y tras rodearme con mi toalla me dirijo al baño. No hice mas que bajar la cabeza e ignorar mis recuerdos perversos con mi hermano, y es que de tan solo tocar el plomo de la puerta del baño me comenzaron a temblar las piernas. Y justo jurando la perilla siento como es halada la puerta.

—oh, buenos días hermana—esta vez no me sonrió ni me miro picaramente solo me miro a los ojos y luego siguió su camino como si de un cono sido se tratase.

—buenos días hermano!—digo espabilando y es que lo se va a morir ahora el pendejo—justo a tiempo!—dijo justo mientras pasaba a mi lado, nunca despego la mirada de la puerta de su habitación.

Suelto un pequeño suspiro mudo y entro al baño, cada paso que doy me pone país excitada y pensar que mi hermano estuvo aquí masturbándose, y aquella vez en que me senté a horcajadas sobre el... Comienzo a cepillarme rápidamente tratando de no pensar en eso pero al momento de enjuagarme la boca con la pasta y escupir el residuo blanco, lo único que me paso por la mente fue tener el pene de mi hermano en mi boca y sentir el sabor de su semen en la misma y poder escupirlo del mismo modo que lo acabe de hacer.

—aaaah—suelto un gran suspiro recostandome de la pared y dejando me caer lentamente hasta quedar sentada—debo de dejar de pensar en esto...—quedo unos segundos en silencio dándome la oportunidad de hacer un puchero y desviar mi mirada a mi entre pierna—cada vez que pienso en esto me pongo deseosa, muy caliente...—atribuyo a mover mi mano hacia mi entre pierna y rosar mis dedos sobre esta—¿como es que se~ ¡ah!—gimo levemente, nunca he intentado tal cosa, mi madre me educo diciendo que eso era un pecado y si lo intentaba una vez satanás no me dejaría de tentar... Pero quiero que Isaac ponga su pene dentro, y como se que el no debe tengo que ayudarme yo misma... Por lo tanto.

Comienzo a mover mis dedos por mi clitoris levemente haciéndome sentir las mismas cosquillas que sentí cuando Isaac me beso.

—Maldito ese era mi primer beso—digo gimiendo levemente y acelerando mis dedos—ah!—gimo un tantito más fuerte—un poquito mas repido—mis latidos comienzan a notar se y no soporto mi movimientos novatos y de la desesperación abro mi boca y suelto un pequeño gemido para excitar mis oídos con mi acto.

De pronto la puerta es abierta y mi.

Nosotros, así de simple. (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora