Descubriendo la verdad (Pausada)

1- El principio de todo

Punto de vista de Arlek

Estaba teniendo uno de los mejores sueños de mi vida. En el cual la protagonista era Jenna y estaba completamente desnuda encima de mi cama. Me parecía increíble que me sintiera tan atraído por una persona que acababa de conocer. Me dispuse a acercarme a ella, hasta que...

- Arlek, Arlek- Decía mi padre mientras me movía levemente de un lado a otro para hacerme despertar, este se encontraba sentado en mi cama.

- Te amo...- Expresé aún en ese plácido sueño.

- Oh vaya, hijo, jamás pensé que te sintieras atraído por mí- Cuando escuché eso abrí los ojos de sopetón haciéndome daño en estos por la luz que entraba en la habitación procedente del exterior. Tuve que taparme rápidamente mi rostro.

- Papá ¿Qué sucede?...- Pregunté pero luego caí en la cuanta de algo más chocante-. ¿Tú estás levantando a la gente? ¿Te has golpeado la cabeza o algo? Lo habitual es que nos levantemos todos, desayunemos, nos bañemos, e incluso nos da tiempo a bailar un vals, y luego tú te levantas.

- Lo que pasa cuando te casas con una mujer que le gusta levantarse temprano...- Expresó dándome una sonrisa.

- Pero... habitualmente mamá no te levanta ¿A qué se debe este acontecimiento?- Inquirié un poco preocupado.

- A lo mismo por lo que he venido a despertarte- Comentó, yo le miré mientras me preguntaba a que se refería-. Hoy voy a ir a la capital para firmar mi nuevo libro en una librería. Así promociono un poco más mi historia. Y si quieres me puedes acompañar, porque sé que te encantaría volver a verla, tu "amiguito" habla por si solo- Al decir eso me dió varios codazos en el brazo mientras yo miraba a mi entrepierna y como bien dijo mi padre, estaba emocionado.

- Está bien, padre- Expresé mientras me ponía mis manos en esa parte que hay debajo de mi cintura-. ¿Nos vamos a ir ya?

- No, antes vamos a desayunar, Diane, Dolores y Helbram nos están esperando- Dijo mientras se levantaba de mi cama y se acercaba a la puerta de la habitación-. No te demores mucho- Luego miró hacia mi entrepierna-. Y si te duele, prueba una paja.

- ¡Papá!- Grité enojado, este se marchó de la habitación al escuchar esto-. Eres un maldito bromista, padre, pero me gusta que seas así conmigo.

Después de esta conversación, me levanté y me alisté, poniéndome un traje como siempre. Me dirigí al comedor donde comíamos todos juntos. Allí se encontraban mi padre, mi madre, Dolores y su marido, Helbram.

Aquí hago un paréntesis ya que os estaréis preguntando ¿Marido?... Pues sí, así es. Mi hermana hace poco más de un año se casó con Helbram. Obviamente todos le dimos nuestra bendición y ahora parece que están casi siempre en su luna de miel. Son tan empalagosos que me da incluso envidia.

- Buenos días, hijo ¿Qué tal tu despertar?- Preguntó mi madre dándome una sonrisa.

- Buenos días a todos. Bien, gracias- Respondí mientras me sentaba en mi asiento.

- Menos mal que te levantó padre, porque si lo hubiera hecho yo, te hubiera quitado ese peinado tan feo que llevas puesto- Dijo mi hermana dándome una mirada de asco.

- ¡Oye! Es el mismo peinado que lleva padre ¿Quieres decir que a papá también le queda mal?- Pregunté un poco molesto por sus palabras.

- ¿Um? Para nada, a ti te queda mal, a papá no, a él le queda fabuloso- Explicó mi hermana y mi padre se pasó una mano por el cabello.

- Soy fabuloso- Dijo mi progenitor con orgullo, yo suspiré resignado.

- En fin... pero si me parezco mucho a mi padre...- Mi hermana me interrumpió.