Descubriendo la verdad (Pausada)

13- El festival (King x Diane)

¿Lo digo o no lo digo? Venga, lo digo je je.
*Aviso: Capítulo extenso*

Punto de vista de King (Comienzo del día)

Me encontraba en la cama y por razones completamente inesperadas, me había levantado mucho antes que mi esposa Diane, la cual yacía en la cama aún dormida. Ella me estaba abrazando con sus brazos por mi cintura. Sinceramente no la quería levantar por lo cual estuve un rato más en el lecho donde nos encontrábamos, contemplando de esta manera la belleza de la mujer con la que había contraído matrimonio. Nunca me cansaría de admirarla, seguía siendo tan guapa como siempre, y no solo eso, sigue siendo igual que cuando me enamoré de ella. Incluso me sigue echando la bronca cuando hago las cosas mal, y eso en cierta medida también me gusta.
Seguí observandola hasta que pasó un tiempo y decidí levantarme para vestirme ya que estaba desnudo. No me juzguéis, me encanta dormir así... Aunque cabe destacar que había veces que Diane lo aprovechaba je je.
Le di un beso a mi esposa en la mejilla, ella respondió con un sonido de queja, soltandome el abrazo y enterrando su cabeza en la almohada. Yo no pude evitar sonreír completamente feliz, aunque me encantaría seguir durmiendo con ella debía levantarme para despertar a Dolores y Helbram, ya que la feria empezaba hoy y ellos eran los encargados de esta.

Me acerqué al armario y me puse uno de mis trajes característicos. Arlek era un copiota y se vestía parecido a mí, pero a él nunca le quedará tan bien como al Rey hada Harlequin. Me terminé de atar los cordones de los zapatos y me dispuse a salir de mi alcoba, pero no sin antes darle una última mirada a mi esposa la cual seguía plácidamente dormida y en el mundo de Morfeo.
Atravesé la puerta y la cerré muy despacio para evitar despertarla, quería que durmiera lo que quisiera. Anoche nos acostamos muy tarde por estar hablando, y luego intento dar consejos a mis hijos de que se tienen que acostar pronto, soy un caso, la verdad, menudo padre tienen en este sentido.

Estaba deambulando por los pasillos del Árbol sagrada para llegar a la habitación que mi hija compartía con su marido Helbram, en el transcurso me topé con varias hadas a las cuales saludé. Diane decía que soy bastante querido por mi pueblo. Bueno, debía decir que ella me había convertido en el próspero rey que soy ahora, y se lo agradecía.

Decidí llamar a la puerta, Helbram me contestó y me dijo que pasará. Al hacerlo vi únicamente a este sentado en la cama con el torso desnudo y mirando a su teléfono móvil. Imagino que debajo de las sábanas que le tapaban la parte inferior no había tampoco ropa. Una parte de mí le molestaba que se acostara con mi hija, pero en el fondo sabía que Helbram era el mejor partido para mi pequeña, le conocía bastante bien y sabía que la haría feliz... Por la cuenta que le trae.

- Hola Helbri ¿Qué tal has dormido?- Dije poniendo voz aguda burlándome así de él. Helbram suspiró resignado.

- Bien, no me quejo, Kingu~ -Respondió de forma risueña llamándome de esa forma que era la entonación que usaba Diane en nuestros momentos más íntimos.

- Bueno, vale, no te gasto más bromas Helbram ¿Y mi hija, donde se ha metido? ¿Está en el baño?- Inquirié preocupado.

- No, llevo un rato solo y aún no ha vuelto, me dijo que iba a ver a su hermano. Que necesitaba decirle una cosa o no sé qué- Expresó el hada de pelo verde encogiéndose de hombros.

- Pero tú no te mueves de la cama por lo que veo, eres bastante vaguete ¿Eh, Helbram?. Los hombres de la familia son unos perezosos, bueno y de ellos al parecer uno lleva la fama y otros cadan la lana- Comenté mientras me cruzaba de brazos.

- Sí, bueno... Si la ves dila que venga aquí, que aún no se ha tomado la pastilla. Para que veas, Harlequin, yo me preocupo mucho por su hija- Se intentó excusar Helbram.