El brillo carmesí de la daga convirtió la pequeña arma en algo nuevo. La primera vez que ocurrió algo así se había transformado en una espada de tamaño normal. Pero ahora parecia medir más de dos metros con un filo qué parecia ser el de una sierra, para cualquiera podría ser necesario tomarla por ambas manos y ahora yo la acabo de balancear de un lado a otro con apenas un simple movimiento. Si lo pienso bien, es la misma espada qué había usado aquella mujer loca con la que peleé el otro día
Sin preocuparme demasiado por ello, avance contra el huesudo aprovechando el alcance de mi nueva arma. Pronto el esqueleto único se partió a la mitad debido a un corte horizontal único o al menos eso creí. Mi ataque solo logro romper la parte de su armadura qué le cubría el pecho y lo que me mostró fue algo totalmente inesperado
Un órgano palpitante yacia en el centro sus costillas desprendiendo un ligero brillo naranja. Al el pareció importarle poco eso, se aprovecho de mi descuido y lanzó varios ataques contra mi. Ahora hay un nuevo problema, esta espada tiene un gran rango de ataque y me sirve especialmente para ataques únicos pero no me sirve para la defensa, es demasiado grande y difícil de mover en espacios pequeños, ahora si me serviría el otro tipo de espada. Como si leyera mis pensamientos, la empuñadura volvió a brillar y el tamaño del arma regreso a uno promedio. El clink clank de los metales chocando sonaba cada vez más fuerte y más rápido, es estúpido qué lo diga llegados a este punto pero este esqueleto no es normal, sus movimientos son demasiado fluidos como si se tratara de un hombre vivo
Una pequeña gota de esperanza llego a mi corazón cuando logre quitarle la espada de las manos, sin perder tiempo lance un corte vertical pero la oportunidad era demasiado bella para ser verdad. Apenas si lo toque cuando liberó una onda de choque muy potente qué me mando a chocar contra el suelo. Mi mala suerte seguía al haberme golpeado la cabeza dejándome medio aturdido, cuando aclare mi mente desee no haberlo hecho pues lo que veía no era para nada bueno ¡Enserio qué no!
Esa cosa estaba creciendo, en pocos segundos alcanzo el tamaño de una casa de dos pisos hasta que por fin obtuvo una apariencia de ser un gigante de al menos diez metros de altura
─¡¡¡no vergas putas pinches mames!!! ¿¡Como penes pretenden qué voy a matar a esa cosa!?
A esa cosa al parecer ya no le importo ya qué empezó a mover sus enormes pies y fue avanzando mientras destrozaba lo que fue la ciudad de Argaia. Me veía muy estúpido persiguiendo al ahora gigante esqueleto, cada vez que estaba a suficiente distancia lograba asestar cortes pero el ni se inmutaba. La desesperación llegaba a mi mente y espíritu y sin saber que hacer era repelido por las mismas ondas de choque de antes. En un intento suicida por acabar con todo, me impulse con unas ruinas para hacer el mayor salto de mi vida, pese a mi temor a las alturas lo único que pensaba cuando estaba suspendido en el aire era en matar al condenado monstruo, sin embargo todo fue inútil, las mismas ondas volvieron a ocurrir con la única diferencia de que ahora fueron aun más fuertes. Salí volando metros y metros atrás, solo podía ver como el pendejo se alejaba de la ciudad. La potencia de mi vuelo me hizo atravesar casas qué aun se mantenían en pie, termine por salir de la ciudad chocando contra un arbol qué detuvo mi avance; el golpe fue duro, podía sentir como se rompían algunas huesos y el aire se alejaba de mis pulmones, cada celula, musculo de mi cuerpo rogaba y gritaba por un descanso pero bien sabia que mientras esa cosa siguiera viva y avanzará tenia que matarla
Logre ponerme de pie y con paso torpe me moví en dirección del esqueleto. Mi vista estaba pintada de rojo debido a la sangre qué escurría desde mi frente, la nariz rota me impedía oler, mientras qué en la boca podía sentir el sabor salado de la sangre, estaba tan aturdido qué apenas si podía oír algo. Cuando perdí la fuerza en las piernas alguien evito qué volviera a caer, su calor me tranquilizó de manera que mi conciencia volvió a la normalidad dejándome ver quien me sostuvo. Con su cabello carmesí y ojos llorosos Tania me tenia entre sus brazos tratando de detenerme
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La Caída del Señor de Las Bestias
RandomUna guerra santa entre el bien y el mal esta por comenzar, los héroes son invocados para pelear en el mundo designado pero un cambio en las leyes naturales de la misma guerra hacen que las reglas de esta guerra sean muy diferentes a cualquier otra ¿...