Capítulo 10

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Baekbeom tenía que estudiar, por ello se guardó la revancha para otro momento, Chanyeol era un mal perdedor.

Se acercó a la próxima puerta, la cual seguramente era de Baekyeon, y estaba en lo cierto. Cuando llamó, apareció el chico con una toalla sobre el cuello sudando.

-Hey -Dijo Chanyeol con una sonrisita -¿Puedo pasar? ¿o estás ocupado?

-Nono, pasa -Baekyeon dejó hueco para que el alto se adentrara en el cuarto -Estaba jugando al just dance.

-¿Al just dance? -Chanyeol se empezó a reír como un loco.

-Parece que no, pero es bueno para ejercitarse -El alto dejó de reír cuando se dio cuenta de que iba enserio-.

La habitación de Baekyeon era tan espaciosa como la de sus hermanos, pero en esta se notaba más, ya que en el centro había una alfombra donde hacía ejercicio. Su cama tenía una corcha con un estampado de pelotas de fútbol, baloncesto, tenis, etc, y encima del cabecero tenía un cuadro de él y su equipo de baloncesto posando. La mesita de noche contenía una lamparita con un balón de vóley que se iluminaba, y a un lado un despertador a juego. En frente se hallaba su escritorio, con un ordenador y una lámpara de estudios simple, en la pared, encima del escritorio, tenía un póster enorme de un equipo de baloncesto. A un lado había una estantería con trofeos de deporte, y encima de esta, en la pared, colgaban medallas de haber ganado torneos, la mayoría de oro. En una esquina tenía un montón de pesas, y en la pared colgaba la televisión, con una mesilla debajo, donde había una Wii y algunos juegos de deporte.

Efectivamente, la televisión estaba encendida, el juego del just dance puesto, y Baekyeon con un mando de la Wii en una mano.

-Toma -le lanzó otro mando, y Chanyeol lo cogió en el aire -A ver quien es el mejor en esto.

Baekbeom tiró de la cisterna, con la cara roja de la vergüenza y excitación. El pelinegro no era mucho de tocarse, pero le dolía más que nunca y necesitaba echarlo todo, todo por culpa de aquel chico.

Suspiró mientras limpiaba cualquier resto, y salió del baño para entrar en su habitación y llamar a su único amigo.

-¿Qué? estoy estudiando, espero que sea importante o te doy con la tabla periódica en la cabeza -Kyungsoo siempre era tan amable con él...

-Me gusta alguien -soltó sin ningún tapujo.

Silencio.

-Que gracioso eres Baek -Su amigo comenzó a reír a carcajadas con su risa de limpiar cristales.

-Es de verdad -Volvió el silencio.

-¿En qué momento? ¿por qué? ese tono no es de broma ¿verdad? -Kyungsoo empezaba a sonar extraño.

-No es broma, de hecho si te cuento algo, promete que no dirás nada -Su amigo asintió.

-Me ha... Me ha... Levantado eso -Baekbeom sentía que su cara iba a estallar de la rojez.

-¿Levantado? ¿El qué? -Kyungsoo no entendía lo que su amigo le quería decir.

-Pues... Eso -Bajó el volumen para decir lo siguiente -El pene.

-¿¡Qué!? ¡Byun Baekbeom, ese vocabulario! -El chico no entendía porqué Kyungsoo le estaba regañando.

-¡Tampoco he dicho nada malo! -Lloriqueó

-¿Cómo es el chico? -Preguntó desde la otra línea.

-Es alto, guapo, con voz grave... -Hizo una pausa -El hijo de mi niñera...

-¿¡Qué!? -Baekbeom apartó el móvil.

-¿¡Puedes dejar de gritarme al oído!? -Sentía que ya le empezaban a pitar.

-Beom, olvídate de él -El nombrado hizo una mueca.

-¿Por qué? -Se quejaba ante la negativa de su amigo.

-No creo que sea bueno para ti.

El pequeño se hallaba confundido, sentado en la banca del parque, con los pies en el aire, debido a que estos no le llegaban al suelo. 

Jugaba con su nuevo playmobil, estaba solo, ella lo había dejado ahí, dijo que en cinco minutos volvería para compensarle.

El chico de seis añitos no comprendía nada, este hacía un puchero mientras contaba con sus deditos, sí ya tenía seis, se estaba haciendo mayor.

Es sorprendente como los niños desean ser adultos, y después se topan con una realidad que no es la que se imaginaban. Eso de ser pequeño si que era vivir sin preocupación, aunque podían manipularte fácilmente.

El niño no tenía muchas ganas de ver a la mujer, se sentía extraño.

Hacía fresco, pero estaba bien, porque ella le había dejado aquel chaquetón, tan grande que el niño se veía como una bolita pequeñita dentro de una cueva.

Ya había pasado mucho mucho tiempo, ¿Por qué no llega?

Un cochecito gris se paró en la acera de en frente, iluminando el camino oscuro, porque sí, era de noche.

Es ella.

Una mujer se bajó del coche, y se acercó hacia él con algo en la mano.

-Baekkie -Le susurraba con aquella voz dulce -Te he traído un regalito.

El niño, tímido, lo cogió aún confundido. Se trataba de un cochecito para su playmobil favorito.

-Gracias... -Se escuchó aquella pequeña voz apenas audible y aguda del chiquillo.

-Prométeme una cosa pequeño -Le susurraba la mujer con una pequeña sonrisa, mientras el niño la miraba con una expresión de duda y un puchero en sus labios.

-Prométeme, que este será nuestro secreto-

Ese era el baile definitivo, se trataba de una canción en pareja, pero no sería amistosa, oh claro que no, Chanyeol era un tipo competitivo.

-Voy a ganar yo -Decía Baekyeon, el cual era tan competitivo como el alto, que lo sujetaba por la cintura en ese baile tan... Pegado.

-Eso ya lo veremos -Chanyeol le dio una vuelta, posicionándose tras él, después de ver un "¡Yeah!" en la pantalla y ganar una estrella.

Yeon comenzaba a sentir el cuerpo de Chanyeol tras él, y su respiración en la nuca, provocando que se estremeciera, se despistara, y el juego anunciara ganador.

-¡Toma! ¡Te la has comido perdedor! -Gritó Chanyeol apartándose de golpe.

-¡Eso es trampa! -Se quejaba el deportista, rojo de ira.

-Oh nada de eso, he ganado limpiamente -Sonreía burlesco.

-Jódete, revancha -El alto levantó las manos quitándose cualquier peso de encima.

-No, yo me piro -Rió saliendo de aquella habitación, escuchando a Baekyeon maldecir tras aquella puerta.

Había pasado un buen rato junto a los hermanos, por parte estaba feliz de que se mudaran, al fin y al cabo ya tenía compañía.

Chanyeol encendió el móvil después de toda la tarde, y se encontró con que debía de acostarse ya, era tarde y al día siguiente tenía que levantarse temprano. También encontró como diez mensajes de su ex, el cual le había desbloqueado, pidiéndole perdón y diciéndole que tuvo un mal día. ¿Un mal día? ¿todas aquellas veces que le puso los cuernos también tuvo un mal día?

Lo ignoró, ya estuvo un tiempo llorando por él, no pensaba volver a caer en su juego.

Cansado, lo único que pudo hacer fue directamente echarse en la cama.













La Casa De Los Trillizos Byun (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora