Sexpido

8. Mi sumisa virtual

En diciembre recibí un mensaje privado en WattPad de una persona que se había devorado mis relatos eróticos y ahora al leer los primeros capítulos de mi libro se sentía identificada.

Una persona valiente que escribe con sus nombres y apellidos completos. Que lloró y hasta sintió la represión familiar por ser diferente. Se ilusionó con poder salir adelante y vivir su mundo sin esconder la realidad y yo sé que así será.

Obviamente las represiones, llevan a una negación, pero lleva años escondida en ese cascaron frágil de heterosexualidad, permitiendo que la imaginación volara con otras mujeres. Sus palabras pedían a gritos, ser liberada.

- Hace como 2 años me empezaron a interesar las mujeres, pero nunca me atreví a demostrarlo o nunca me permití sentir deseo por una mujer y desde que te empece a leer, lo hago. Quiero estar con una mujer, sentirla, desearla... pero quiero una mujer como vos, dominante con experiencia, que tenga ojitos de diabla, que se le note lo perversa que es. Sé que tu tienes los ojos así.

Primero trate de responderle muy tranquila y ayudarla, guiarla. Sí, como lo debieron de hacer nuestros padres. En vez de cerrarse a la verdad. Así como espero que hagan los que nos leen si algún día ven a sus hijos dubitativos.

- Ese nudo de emociones que tienes es normal, no te apresures, digiere tu mundo, mira tu interior y encontraras tu camino. Espero que pronto encuentres una mujer que te colme de lujuria y de pasión. Me encanta eso de ojos de diabla, espero que sueñes con ellos y tengas dulces y húmedos sueños.

Pero ¿Quién no se calienta ante esas palabras? ¿Cómo no llenarse de lujuria? ¿Cómo no antojarse de poseerla, de enseñarle una vida de placer libre de culpas? ¿Cómo no liberar su mente?

Tal cuál, fue imposible y le dedique unas palabras esperando que hicieran eco en su mente:

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Déjame encargarme tus dedos, darle vida propia. Recorrer tu cuerpo, tocar tus senos e introducirme en tu caliente vagina. Déjalos entrar y salir mientras mis ojos de diabla se fijan en los tuyos consumiendo tu placer, alimentando mis pecados hasta llevarte al orgasmo.
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Juraba que todo iba a quedar ahí, pero a los minutos respondió.

- ¿Malo si te digo que estoy haciendo eso que me dices? Me calienta mucho tus ojos de pecado, me excitas.
- Al contrario... disfrútalo. Déjame penetrar tu mente, apoderarme de ella. No te pongas límites
- ¡Dios! que caliente me pone ¿Si supieras lo caliente que estoy?
- ¡Dímelo! Me encanta saber que te masturbas pensando en mi, que mis ojos son capaces de embrujarte de hacer cosas que nunca te atreves
- Sigue
- Hacer que te masturbes con una mano y llenes de saliva la otra para acariciarte los pliegues del ano
- ¡Ya lo estoy haciendo!

Es fue mi punto de quiebre me imaginaba coger esa cuerpo y esa mente virgen al tacto de una mujer y hacerlo mío. Algo cambió en mí, no sé, compasión o ilusión, tal vez movió los hilos correctos que me animaron a explorar un nuevo camino, dar pasos en un sendero que no había caminado. Convertirla en mi sumisa virtual. ¿Será que hace lo que le pida?

- ¿Y te gusta? ¿Eres capaz de meterte un dedito en el culo por mí?
- Ya me lo metí ahhh, se siente tan rico
- Ahora mete tu indice en el ano y el pulgar en la vagina. Acaricia las paredes entre ellos y no pares hasta que me des un orgasmo. ¡Es una orden!
- ¡Dios! es muy difícil que tenga un orgasmo pero se siente muy rico ahhh me tiemblan las piernas. Quiero mas ahhh
- No lo puedes evitar. Deja de escribir. Solo lee. Yo estoy ahí, viéndote

Mi esposo me miraba raro, me veía emocionada escribiendo y al ver que me metí la mano dentro del pantalón se dio cuenta que estaba leyendo algo que me calentaba, me monté de espaldas a él restregando mis nalgas hasta que sentí como su miembro se endurecía. Me tiré hacia atrás para que pudiera leer, mientras yo le escribía, mientras la hacia mía.

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No saques los dedos, con tu otra mano tócate en círculos el clítoris y cuando sientas que se encalambra dale pequeñas palmaditas. 

Piensa que es mi lengua en búsqueda de tu orgasmo. Quiero que llenes mi boca con tus fluidos, quiero saborearte.

Subiré desde tu pelvis comiéndote a besos hasta los senos. Tomarlos duro entre mis manos y morder tus pezones. Clavarte las uñas y bajar dejándote las marcas en la piel hasta que grites.

Meter tu clítoris entre mis labios, chuparlo con fuerza, mamarlo y golpearlo con mi lengua. No pares, no te detengas porque ahora eres MIA. Eres excitante y deliciosa----------

Movía mis caderas en círculos y las manos de mi esposo ya hacían estragos en mi cuerpo. Las metía en mi entrepierna y yo le escribía a ella lo mojada que me tenía, él me estaba tocando pero yo imaginaba que era ella.

- No puedes para. No lo vas a hacer hasta que tengas un orgasmo para MI
- Quiero mas ahh ahhhh
- ¿Eres mi zorra?
- Toda tuya ahhh

Quise probarla hasta donde me dejaba llegar, para ver si merecía ser mi sumisa

- Métete las tangas en la vagina y pégate azotes en las nalgas. Pellizca duro tus pezones, que duela. Ahora solo me voy a sentar a esperar a que tengas una lluvia que inunde tus manos para mí. Piensa en mi soy tu dueña y ahora me perteneces.

Pasaron varios minutos en silencio, yo miraba la pantalla mientras mi esposo me bajaba el jean. Me levantó un poco y la bajar sentí su miembro entrar hasta el fondo, paso derecho por mis labios, estaban demasiado mojados. Qué rico lo tenía. Me perdí en sus penetraciones, hasta que sentí el teléfono vibrar.

- ¡Ah Dios! es lo mas rico que he hecho en mi vida. Tengo los pezones tan duros que duele. Te quiero mostrar mis manos llenas de mis fluidos y mis senos como están de rojos de apretarlos.
- Mándame foto solo de tus dedos -no quería conocerla aún-

Sin embargo me mando una imagen a Twitter con su camisa de tiritas mostrando todo. Una trigueña hermosa. Sus senos redonditos, naturales, con un tamaño perfecto y ni qué decir de la areola, sus pezones eran pequeños y duritos.

Un lunar coqueto en su seno izquierdo y otro en su hombro enloquecieron a mi esposo que me empezó a penetrar mas duro. Terminé de quitarme el jean y me acomodé en las rodillas para llevar el control de las penetraciones y poder hablar con ella a la vez. Me encantaba que ella ni tuviera idea que me estaban comiendo al mismo tiempo.

Como yo quería foto de sus manos mojadas y ya se había bañado, igual se había ganado un castigo.

- Por no obedecer. Vas a buscar una correa y te vas a dar 10 azotes en las piernas. ¡No, hoy! Los vas a hacer mientras me leas, luego me debes mandar la foto con las marcas. ¿Vas a ser una zorrita juiciosa?
- Si, seré una zorrita juiciosa

Acordamos unas cuantas cosas privadas y le he dado tiempo para pensarlo. Así que Johanita, si quieres ser mi sumisa virtual, ya sabes que debes contestar el twit que publique anoche.

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No temas, prometo cuidarte como a mis otras princesas, nunca ponerte en evidencia o peligro. Solo te quiero hacer excitar y llevarte por el camino del placer. Pero para lograrlo, debes obedecer sin cuestionamiento alguno.

¿Estás lista? ¿Al aceptar Laura será la encargada de decidir tu primer designio?
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Busqué de nuevo la foto y solté el teléfono en la cama, para que mi esposo la pudiera ver mientras me comía.

Mi esposo tenía sus manos en mi cadera. Me incliné hacia adelante dejándole todo mi culo a la vista, me abrí las nalgas de par en par. Sentí que escupió en medio de ellas, agarró las nalgas con fuerza y deslizó sus pulgares metiéndolos por turnos en mi culo.

Incorporé nuevamente mi torso y cabalgué su miembro con fuerza, sentía que chocaba contra mi cuello uterino, dolía placenteramente y en cada embestida lo hacia con mas fuerza. Sus dos pulgares entraban a la vez y separaban mi esfínter agarrado con sus otros dedos de mis caderas para poderlo separar al máximo. Escupió dentro de mi culo y la perversión me pudo... un orgasmo tras otro dejaron mi cuerpo sobre el de él sin fuerzas.

Al fin me quede quieta, me abrazo, me dijo al oido "Te amo" y sentí su semen caliente llenar mi vagina. Se sentía como se hinchaba y luego daba tumbos al sacar los chorros a presión.