Desde que le conté a mi novio que en la universidad me había dado por experimentar con mujeres, no me lo quitaba de encima insistiendo con que hiciéramos un trío.
Era desesperante, cada que salíamos a tomar unas copas volvía y volvía con el mismo tema. Una cosa era experimentar y otra gustar, por algo ahora estaba con un hombre y no con una mujer, pero él seguía insistiendo que si lo había intentado es porque en el fondo también me gustaba las mujeres.
Para sacármelo del paso, le mencionaba entonces que hiciéramos un trío con otro hombre y de inmediato se negaba. Eso lo dejaba a raya por un tiempo, pero después volvía a insistir.
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Ya me la tenía volada con la insistidera, no me lo aguantaba mas. Le dije que si, pero que solo iba a ser una vez y nunca mas, que si volvía a insistir terminábamos.
Obviamente acepto de inmediato, pero cuando le dije que el mejor lugar para que eso pasara era ir a un bar "de ambiente" de esos donde había de todo tuvo sus dudas.
- ¿Osea que también hay maricas?
- Si, maricas, gays, lesbianas, bisexuales... de todo tipo de personas
- Y se ven cuando...
- No, nada de sexo, solo es un bar, pero si pueden haber algunos bastante pasadosNo estaba del todo convencido y traté de espantarlo diciéndole que no es extrañara si le hacía propuestas otros hombres y que las tenía que rechazar sin mostrar asco o repudio.
La cara que hizo de disgusto fue total, justo la que no debía hacer en un lugar como ese. Sabía que no iba a aguantar esa idea, menos la de ver dos hombres besarse y mucho menos meterse mano delante de él. Si estando allá me pedía que nos fuéramos, olvidaba el tema para siempre. El muy terco con tal de tener lo que tanto quería estaba dispuesto a aceptarlo.
- Igual no es seguro que encontremos a alguien ¿listo?
- ¡Listo! al menos hacemos el intento---
Mientras nos arreglábamos para salir para el bar ya nos estábamos entonando con unas copas, le sugerí que lo hiciéramos, para llegar un poco mas entonados y para que él tuviera la mente mas abierta. Me aseguré de tener su vaso de ron siempre lleno para que tomara mas que yo.
Cuando salimos de la casa él ya estaba bastante prendo y en el taxi parecía un perro en celo, trepado sobre mi, restregando su miembro contra mi pierna, dándome besos y metiéndome mano debajo del vestido.Entramos al bar y nos recibió un travesti con facciones rudas y cuadradas, maquillaje exagerado y un traje de fiesta estilo Rio de Janeiro. Mi novio trató de disimular su cara, pero igual se le notaba el desagrado.
- ¿Qué te advertí? ¿ojo pues?
- ¡Si, fresca!Después de pagar el cover y colocarnos las manillas, nos mostró varios lugares donde nos podíamos sentar y elegimos una de las esquinas donde teníamos vista panorámica de todo el lugar. Una mesa en circulo rodeada por una silla larga en media luna.
A los pocos minutos se nos acercó un moreno corpulento con su torso desnudo y un mini pantalón de lentejuelas brillantes que marcaba su figura y un abultado morro al frente.
- ¿Buenas noches en que les puedo servir?
No más para probar a mi novio me pase de coqueta al hacerle el pedido.
- Ay mi amor, se me ocurren un par de cosas, pero ¿por ahora nos puedes traer una botella de ron?
- Si señora -sonrió aceptando el cumplido- con mucho gustoAl dar la vuelta me mordí los labios y lo miré directo a su duro y sensual trasero. Eso terminó de sacar de casillas a mi novio que me hizo el reclamo.
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Sexpido
RomanceCupido, el dios del deseo amoroso, todo un romántico que le gusta jugar con sus putas flechitas y hacer enamorar a la gente. El man me cae bien, pero a veces en la vida no necesitamos un Cupido, sino un Sexpido, una deidad dedicada a llenarnos de l...