About art and love

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A las 8 de la mañana y tan puntual como siempre, Simon Lewis salió del ascensor directo al lujoso ático de Magnus Bane, para recoger el material de su próxima publicación. Cabe destacar que Magnus era el favorito de Simón por varias razones y todas muy personales y que nada tenían que ver el trabajo realmente.

Como el hecho de que Magnus era el padrino de su mejor amiga o que siempre compraba dulces y galletas para ellos porque sabía que Simón se levantaba al alba prácticamente para llegar puntual a su trabajo y estaba toda la mañana con el estomago vacío.

Diría que ese hombre se había ganado el cielo sino fuera que es algo bastante ridículo teniendo en cuenta su naturaleza.

-¿Magnus?

-¡Estoy aquí!

La voz se oyó desde una puerta a la izquierda de donde estaba parado Simón y este se dirigió allí donde Magnus tenía todos sus trabajos. El ambiente era amplio y lleno de ilustraciones y pinturas por doquier. El piso era de madera y se encontraba sorprendentemente iluminado.

 El piso era de madera y se encontraba sorprendentemente iluminado

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-Debí suponer que estarías en tu Atelier

-¿En donde mas voy a estar muchacho?

-No lo sé, ¿Follando?

El vampiro largo una carcajada mientras Simón se frotaba la nuca

-Ya supéralo

-Nunca lo superaré, debiste decirme que estabas ocupado y hubiera venido mas tarde.

-Eres un mojigato.

-¡No lo soy! -el sonido del estomago del editor interrumpió todo y Magnus volvió a reírse

-Ve a la cocina a comer algo

-¿Te falta terminar algo?

-No, estoy dibujando por mero placer. Sobre la mesa esta lo que tienes que llevarte

Simón hizo el pulgar arriba y se fue buscar café a la cocina sin mirar lo que Magnus dibujaba

Simón hizo el pulgar arriba y se fue buscar café a la cocina sin mirar lo que Magnus dibujaba

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Simón entró a la cocina con toda la confianza de alguien que se sentía cómodo allí. Encendió la cafetera, saco jugo de naranja de la nevera y al ver una caja con donas glaseadas sobre la isla las ataco con fruición.

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