Mundo azul.

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Baba no está cómodo, Aerum tampoco. 

En realidad, de su pequeña familia, el único emocionado es Baba goo, quien va de un lado al otro con la enorme sonrisa de conejito que a Baba y a Aerum les gusta mucho. Además de su sonrisa, va con un delantal de color azul que está cubierto por huellitas de dedos que él y Aerum pusieron ahí con muchos colores distintos. 

Baba sostiene su mano mientras caminan por todo el jardín, Aerum sabe que Baba no quiere mirar a nada que no sea Baba goo o el suelo. La palabra con A flota por todos lados, aunque Aerum no puede verla. Sin embargo, lo sabe por los enormes globos azules que adornan los árboles, por las mesas decoradas con dulcecitos que Baba no le deja comer y por todos los juguetes de madera y piezas de rompecabezas que hay por todo el suelo.

Aerum reconocía cada juguete de cada una de las visitas a las habitaciones donde vivían los hombres malos. Lo habían hecho jugar una y otra vez con ellos: armando cubitos, imitando figuras, señalando láminas con nombres de cosas que había en su casa. Ninguno de esos juguetes le había gustado nunca, mucho menos cuando los hombres malos mencionaban una y otra vez la palabra con A después de verlo jugar.  

.- ¡Hyung, hyung! - Baba goo les llama desde una de las mesas dispuestas en el amplio jardín mientras alza uno de sus brazos - ¡Ven aquí, hyung! 

Aerum siente a Baba suspirar antes de que lo lleve de la mano hacia Baba goo, los dos atravesando todo el espacio que los separa de la otra parte de su pequeña familia. Baba mirando al suelo mientras Aerum se mordisquea los dedos de la mano libre sintiéndose repentinamente muy ansioso, casi tanto como en las noches cuando el Monstruo de colores aún rondaba su casa.

Sus pequeños ojos van de un lado al otro, temiendo encontrarse con el monstruo en algún lugar, mirándolo. Hay hombres malos con batas blancas que caminan por ahí con esos ojos malvados que Aerum sabe, le dan tanto miedo a Baba como a él. También hay mujeres con cabellos muy lindos, lo que hace que Aerum desee pasar sus deditos entre ellos como suele hacer con el de tía Hanna. 

Sin embargo, lo que más ansioso lo pone son los otros niños. 

Aerum nunca ha jugado con otro niño o niña, no sabe cómo hacerlo. 

Nunca ha tenido dónde o cómo jugar con alguien más. Siempre fueron él y Baba, luego tía Hanna y los demás tíos, al final, también está Baba goo. Ellos juegan con él, pero Aerum sabe que no son niños como él, que no entienden cuando Aerum simplemente se queda en silencio mirando fijo algo o cuando siente miedo porque las cosas hacen mucho ruido y sabe también que no puede hacer muchas de las cosas que sus Babas si pueden o que no comprende muchas de las cosas que sus tíos dicen entre ellos cuando él está presente. 

Aerum sabe bien que, al final, él está solito en su mundo.

.- No te comas tus deditos, Ae - ssi - la sonrisa de Baba goo le distrae y le hace caer en cuenta que ya han atravesado todo el jardín, pasando todos los hombres malos, las mujeres de cabellos lindos y los niños que, como él, parecen jugar solitos y por su cuenta, ahora Baba goo está acuclillado a su lado, sonriéndole mientras arregla la camiseta y la gorrita que esa mañana le ha puesto para salir de casa - Pero mira que bonito te ves hoy, ¿no es así, TaeTae? 

Los ojos de Baba goo se fijan en los de Baba, dedicándole esa sonrisa que Aerum no sabe qué tiene, pero siempre consigue que Baba se relaje y le sonría también. Los tres llevan puesta la misma camiseta azul con la imagen de un muñequito que Aerum dibujó unas semanas atrás, hay letras blancas escritas, pero Aerum no sabe leerlas. 

Aerum's world.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora