* DOBLE VIDA *

" El viaje esperado "

A pesar de ese momento nostálgico y triste para los hermanos. Elizabeth y Gelda decidieron animarlos y al caer la noche cenaron tranquilos una pizza en casa de ellos.

La plática era amena y entretenida. Zeldris platicaba algunos de sus recuerdos con Meliodas.

El parecía divertirse con lo que el contaba. Era como si fuera un divertido relato de una persona muy opuesta a él.

Cuando estaban por dar las 11 de la noche Zeldris comento que debieran buscar un hotel para dormir, pero Elizabeth le ofreció un cuarto que tenía disponible, era donde dormía su hermana antes de casarse y dónde Meliodas paso sus primeras noches solo ahí.

Zeldris y Gelda le agradecieron y aceptaron.

Mientras Elizabeth y Gelda arreglaban el cuarto los hermanos Wood se quedaron a solas en la sala.

-Hay algo que no quería decirte frente a Elizabeth, Meliodas.-

Meliodas miro a Zeldris esperando que continúe hablando.

-Se que están casados, y se que no es su culpa pero creo que habrá problema con eso. Tu ya estas casado en Los Ángeles con otra mujer.-

Meliodas escupió la bebida que tomaba, miraba a Zeldris muy sorprendido, esperaba que le diga que era una broma o algo por el estilo.

El amaba a Elizabeth y decirle ahora que llevaban apenas algunas semanas de casados que ya tenía una anterior esposa. No sabía cómo lo tomaría ella.

Dejo la bebida en la mesa y miro a Zeldris

-No le comentes a Elizabeth por ahora. Yo la amo, y no es porque no recuerde nada de mi pasado, es solo que ella es una mujer excepcional, me ayudó en todo momento y gracias a ella soy lo que soy ahora, aún no se si regresaré a los Ángeles, pero si voy iré con ella.-

Zeldris miro a Meliodas, tenía esa mirada de determinación que siempre lo caracterizó. Sonrió y asintió con la cabeza.

Saber que estaba vivo y que estaba bien de salud era una gran tranquilidad para el.

Aunque aún tenían mucho que investigar sobre lo que le pasó realmente. Pero el que él esté vivo es lo que importaba.

Cuando sus chicas bajaron por ellos, se despidieron y cada pareja fue a su cuarto. Meliodas estaba muy pensativo por lo que Zeldris le había dicho.

Quizá esa mujer de cabellos rojizos sea su otra esposa y por eso el la veía en sus sueños.

Tenía miedo de ir y verla frente a frente y no saber que hacer, sobretodo porque Elizabeth estaría a su lado, no quería lastimar a ninguna.

Dos días después

Ban regresaba de su viaje. Lo primero que quiso Meliodas es platicar con el.

Zeldris se había ido el día anterior, le dejó su número y la dirección de donde lo encontraría cuando quiera ir a su hogar en los Ángeles, le prometió no decir nada aún hasta que él lo llamara.

Ban escucho atento cada palabra de su amigo y jefe.

-La situacion es difícil para ti ¿No? Pero sabes que Elizabeth estará a tu lado y todo estará bien. Tu hermano tiene razón debes ir a darle esa paz a tu familia que te perdió hace dos años y con respecto a tu otra esposa, lo mejor será enfrentar la situacion con ambas. Estoy seguro que entenderán.-

-Elizabeth si entenderá pero la otra mujer no sé ni cómo sea, tengo una ligera idea de su rostro porque Zeldris me la mostró en una fotografía, pero eso Elizabeth no lo sabe, no quise angustiarla.-