* DOBLE VIDA *

" Dos años de Matrimonio "

Luego de la boda de ensueño Meliodas y Liz disfrutaban de su matrimonio.

Habían decidido vivir en casa de los padres de él. Pero también tenían una casa en la playa a la cual iban a descansar cada fin de semana que tenían libre.

A pesar de que Liz apoyaba a su esposo, habían días en los que Meliodas tenía tanto trabajo que solo llegaba a dormir.

Ella tenía acceso al teléfono de Meliodas, incluso cuando él trabajaba en su computadora portátil y recibía una llamada, ella contestaba.

Había mucha confianza entre ambos.
Se habían acoplado a su ritmo de vida.

Meliodas ganaba fama rápidamente, era un gran abogado, siempre ganaba cada caso que llegaba a él.

Quizá esa sea la razón de su misteriosa desaparición.

En una cena familiar la madre de Meliodas nuevamente metió presión sobre ellos.

-¿Y como va el trabajo hijo?-

Preguntó rompiendo el silencio incómodo.

-Todo bien madre, tengo un caso algo difícil, es contra un narcotráficamente que también lava dinero.-

-Es un caso muy difícil Hijo.-

Contestó nuevamente su madre.

-Eres excelente en lo que hacer hermano, sé que lograrás hacer lo correcto.-
Opino Zeldris ahora.

-Gracias Zeldris.-
Respondió tranquilo mientras daba una cucharada más a su sopa

-Pero hijo no todo es trabajo. Debes dedicarte a formar tu familia. ¿No deseas tener bebés?-

Meliodas miro a su madre, sabía que no tardaría en mencionarlo.

-Mamá porfavor no empieces, Liz y yo no tenemos planeado eso aún.-

-Pero porque son jóvenes aún y..-

-¡Basta! ¡Tengo mucho estrés en mi trabajo y ahora tú me vienes a presionar déjame vivir mi vida mamá!-

Meliodas interrumpió la oración de su mamá gritando, estaba realmente fastidiado de que ella siempre le esté diciendo que podía hacer o que no.

Reaccionó de una manera agresiva y los tomo por sorpresa a todos, incluyendo a Liz quien se había mantenido callada en la cena.

Entre ella y su esposo no había problemas sexuales. Siempre mantenían viva la llama de la pasión. Pero si era extraño de que en esos dos años ella no haya podido quedar embarazada.

Pero no tenían ningún problema por eso, ambos estaban triunfando en sus trabajos. Un hijo complicaría las cosas pero sin duda sería bien amado.

Veía a su esposo preocupada era la primera vez que el gritaba de esa manera.
Meliodas se retiró de la mesa dejando a todos muy preocupados.

Su madre se puso de pie para seguirlo.

Esteban, Liz y Zeldris terminaron su cena algo intranquilos.

Leslie llegó al cuarto de Meliodas y tocó la puerta.

Al no obtener respuesta abrió lentamente y entró.
Visualizo a su hijo en el balcón de pie fumando un cigarrillo.

Sabía que estaba muy estresado, el no era de fumar al menos que de verdad le preocupara algo.

-Lamento presionarte más con mis preguntas hijo, no crei que estuvieras tan estresado.-

-Tranquila madre, perdoname a mi por gritarte. No debí reaccionar así.-

Meliodas apagó el cigarrillo y abrazo a su madre.