00. Besos de veneno

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Una sonrisa se formó en los finos labios de la dama antes de darle una calada profunda a su cigarrillo, el sujeto que estaba amarrado a la silla no paraba de tiritar, estaba entumecido de las piernas por lo que ni siquiera podía ser capaz de echarse a correr si ella lo desatará.

Era un verano horrible, Natalia -como muchos la habían conocido-, llevaba tatuado en la piel el recuerdo de ese verano, aquel que muy difícilmente podrá borrar.

Sus tacones hicieron eco en la habitación en cuanto avanzó para inclinarse hacia el débil hombre, éste no podría aguantarle la mirada, ahora más que nunca estaba aterrado.

- ¿Aún quiere ese beso?

Su suave voz era un cántico seductor, tal sublime para quien tuviera el placer de verla así, con el vestido adecuado y todo lo que la hacia lucir como un símbolo sexual inteligente. Aquel hombre, era mayor por mucho, el cabello canoso y los nudillos arrugados lo demostraban, su mirada asustada le agregaban puntos extra a su apariencia.

Se levantó el vestido por la pierna izquierda, dejando a la vista el liguero de encaje donde llevaba su arma. Cuando la había tomado dejo que el chiffon de la falda se deslizará por sus piernas hasta volver a su lugar. Aquel hombre prometió sentir la orina empapar sus pantalones.

Un hueco justo en su pecho, ligeramente hacia la izquierda. Le destruyó el corazón haciéndolo pedazos. Justo como ellos habrían terminado con el suyo.

Luego, aún inclinada, se acercó a besarle castamente la mejilla perfectamente rasurada. Era algo raro que había adquirido desde el momento en el que todo se arruinó, tenia la creencia de que todos mueren solos, aun en compañía la soledad los alberga, era la forma más simple de hacerles saber que no estaban solos, que un pedazo de su corazón se murió con ellos también.

Killer Queen || WinterWidowShield Donde viven las historias. Descúbrelo ahora