05. Las tontas no lloran en las duchas

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Todo se sentía bien, hasta que miraba a mi alrededor y me daba cuenta de que no lo estaba.
Era la única tonta.
La única crédula.
La única que no lloraba en las duchas.

—No hagas eso.

—Hacer... ¿qué? —Pregunto con el ceño fruncido, aunque yo sé lo que hice. O al menos, creo saber lo que hice.

—Meterte en mi cabeza, es el tipo de cosas por las que podrían usar una de estas contra ti. —Dice con mala cara, poniendo la mano sobre una de las armas. —También son cosas por las que te pueden meter en Contención.

—¿Contención?

—Son habitaciones aisladas dónde encierran a los pacientes que causan problemas. Cuando los pacientes pelean entre ellos los encierran juntos, para obligarlos a que se toleren o algo así... Esa parte tampoco viene mucho al caso.

—Pero no es algo que pueda controlar...

—Pues el Área de Contención te enseña por la fuerza.

Ladeo la cabeza, pero no digo nada más.

Supongo que sus cosas raras tendrá que tener este sitio, después de todo sigue siendo una especie de... ¿psiquiátrico?

—El Doctor Griffin te calificó como Riesgo Medio, así que estarás en el piso de esa categoría con tu grupo de edad, que va de los trece a los dieciséis. El edificio no está muy saturado, así que tendrás una habitación propia; el baño lo puedes usar en los descansos y en las horas específicas para el aseo personal, así que abstente de pedir permiso a mitad de una clase o una consulta. Reserva el uso de tus síntomas para las consultas y las terapias, cualquier pregunta que tengas... se responderá sola con el tiempo.

—Alentador... —Mascullo, enarcando las cejas y apretando los labios. El guarda me da una pequeña sonrisa para luego volver a forzar una expresión seria.

El ascensor se detiene y las puertas se abren, dejando ver más pasillos extensos y blancos. Hay un cruce a mi izquierda que parece dar a una salida de emergencia.

Avanzamos y llegamos a un pasillo recto y extenso con un cruce en el centro y otro al final, ambos a la derecha. A lo largo del pasillo hay una secuencia de puertas metálicas y grandes ventanas que dejan ver el interior de las habitaciones, algunas tenían guardas en las puertas.

Las niñas de adentro se ven... normales.

Algunas sólo están acostadas, otras parecen estar estudiando en un pequeño escritorio, me pareció ver a unas cuantas con sus teléfonos e incluso una aprecía tener una Game Boy.

De algún modo, ese panorama me hace relajarme un poco.

—Mira eso... Es un claro ejemplo de lo que no deberías hacer. —Señala de pronto el Señor Rogers, enarco las cejas.

—¡Que me suelte! ¡No me toque! —Desde el otro extremo del pasillo un chico era arrastrado por un par de guardas que forcejeaban con él mientras lo empujaban.

No pude evitar ladear la cabeza con sorpresa al ver que se trataba del chico del autobús, Blake.

El también me vio, fue entonces cuando dejó de retorcerse como un perro rabioso. También fue cuando me di cuenta de que tenía un lado de la cara hinchado, ¿en serio había llegado hasta el punto en que habían tenido que golpearlo?

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⏰ Última actualización: Jan 26 ⏰

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Afterlight [IntoLight 1] *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora