Todo era extraño. Extraño y sospechoso, tal y como decía Blake.
Pero era todo lo que tenía, ¿no es así?
Era mi única opción.No puedo apartar la vista de la mano del guarda que descansa sobre la empuñadura de una de las pistolas, amenazante, imponente, preparado para disparar.
Él me lleva con calma, mirándome de reojo de vez en cuando, cruzando en esquinas guiándome por pasillos que parecen estar calcados al milímetro, a excepción de las pequeñas placas que indicaban qué era cada uno.
«Ala B, Enfermería particular. Ala D, Enfermería común. Baños del personal. Baño de pacientes. Ascensores. Salidas de emergencia». Parece que nosotros vamos a los ascensores, porque por más que cruzamos ese es el único cartel que se repite.
Vuelvo a mirar al guarda, que sigue con su mano sobre la empuñadura de la pistola. No parece enfadado ni a la defensiva, debe de ser alguna especie de protocolo o postura obligatoria, pero aún así no puedo evitar ponerme nerviosa.
—¿Podrías dejar de verme? Lo haces más incómodo. —Dice luego de un rato, cuando llegamos hasta los ascensores y le pica al botón. Frunzo un poco el ceño y aparto la mirada.
—Lo siento... —Mascullo, pero no puedo evitar añadir:—,pero me incomoda que parezca a punto de disparar. Quiero decir, sé que será parte de su protocolo, pero ya sabe, la imagen no es... agradable.
El guarda enarca una ceja. No parece molesto, sólo... sorprendido.
—No tiene que ser agradable. —Es todo lo que dice, segundos después el ascensor llega al piso y subimos en él. No puedo evitar notar que alguno de los números están en negativos, ¿significará eso que estamos bajo tierra? Quizás por eso nadie sabe dónde queda el LIEG realmente.
—Tiene razón, lo siento. —Respondo un tanto apenada. Supongo que después de todo este no es un hospital convencional, que no trata a pacientes convencionales, no me extraña que estén preparados para cualquier cosa... Aunque ese no sea un pensamiento que me tranquilice.
Mi reacción parece extrañar al guarda.
—Pareces muy calmada.
—Pues... Si no lo estuviese no sería bueno para ninguno de los dos, ¿no? No quisiera que tuviese que usar eso contra mí. —Me encojo de hombros y esbozo una pequeña sonrisa.
El guarda chasquea la lengua y niega con la cabeza, desenfundando la pistola y haciendo que me sobresalte, pero se limita a sacarle el cartucho y enseñármelo.
En su interior, no habían balas como tal, eran más bien delgados discos plateados.
—Estos sólo aturden, son de advertencia. No es que sean muy agradables, pero no te matarán. —Explica mientras la vuelve a guardar. —Asústate cuando empuñen la otra.
No tengo demasiado tiempo para pensar si eso fue tranquilizador o no, pues las puertas del ascensor se vuelven a abrir y el guarda me hace seguir caminando por esos interminables pasillos.
Cruzamos a la derecha y entonces aparecen un montón de puertas de cristal opaco que tenían placas con nombres a un lado.
«Doctor T. Joseph... Doctor K. Russel... Doctora V. Perrot... Doctor L. Croft... ¡Doctor J. Griffin!»
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Afterlight [IntoLight 1] *Editando*
Science FictionLa Era Muteg, al igual que el resto de sucesos importantes en la historia de la humanidad, tiene un comienzo difuso e incierto que se pierde entre los rumores. Tan difuso e incierto como su final. Todos llaman al suceso > Lidian con la situación com...