¿Recuerdas ese día que te arrastré a la playa, y dijiste que llovería ese día y llovió?
El verano estaba llegando a su fin, y con este, llegaba nuestro aniversario, amaba festejar ese día contigo, como cualquier otro.
- ¿Que quieres hacer? - te pregunté mientras apagaba la televisión, la película había terminado.
- Solo podemos quedarnos aquí - me abrazó - Juntitos - me repartió besos por todo mi cuello.
- Hm, me gusta ese plan... - comencé a decir - Pero sería más genial ir a la playa ¡Vamos! - supliqué
- No creo que sea una buena idea - hizo una mueca con sus labios. Te veías tan lindo haciendo eso.
- Vamos amor - sonreí juguetona y lo tomé de la mano.
- Sads, lloverá en cualquier momento - advirtió mientras era arrastrado por mi.
- No, no lo hará - seguí mi camino, arrastrando a Finn hasta la playa.
Al llegar nos empujé contra el mar. Reía como una niña pequeña. El agua estaba muy fría ese día. Luego, Finn me tiró en un abrazo sonriéndome, cuando sentí que unas gotas caían del cielo. Finn me miro con sus cejas alzadas y yo le sonreí.
Rápidamente me tomaste y salimos corriendo hasta la cabaña, sacaste tu ropa y luego pediste que me sacara la mía, no querías me me enfermara.
Sacaste dos toallas y me enrollaste en ellas, y después tu hiciste lo mismo. Nos quedamos afuera mirando como las gotas caían, yo estaba sentada en ese viejo sofá que habíamos sacado de la basura y tú estabas atrás mío con una toalla en tus manos, secando mi cabello.
Honestamente en todo ese momento de cómodo silencio pensé que me dirías "te lo dije..." pero no lo hiciste.