¿Recuerdas ese día cuando coquetee con Noah y Caleb para ponerte celoso, y realmente te pusiste celoso?
Últimamente estábamos distanciados, y no te quería así. Intenté lo posible para captar tu atención, corté mi largo cabello que te gustaba trenzar hasta un poco más abajo de mis hombros. Comencé a vestirme de manera distinta, ¡Incluso besé a mi mejor amiga! Dios, Millie después de eso quizo asesinarme. Sigo lamentándome por su pérdida debió ser duro para ella perder a su amigo y amante.
Llegué al punto en que sentí que me odiabas y te lo dije, tu me respondiste diciendo que estabas nervioso por tu último examen de la universidad. Yo solo te creí y los días pasaron, conocí a dos chicos maravillosos, sus nombres eran, Caleb y Noah.
Y bueno, tu sabes cómo soy, una idea loca pasó por mi mente y lo hice. Comencé a coquetearles, salía con ellos, íbamos a fiestas a bares, bebíamos nos escapábamos de las clases. Hice demasiadas locuras con ellos para capturar tu atención, pero nada de eso me sirvió, hasta el día que les conté porque salía con ellos y porque hacía todo aquello. Recuerdo haber roto en llanto y ellos me consolaron.
Fue ahí cuando tú entraste a la casa, he ahí cuando te pusiste celoso.
- ¿Que pasa aquí? - entraste levantando una ceja mirando a Caleb y a Noah con ferocidad
- Nosotros ya nos íbamos, lo siento hermano - Caleb se levantó del sillón, besó mi frente y se fue. Noah me abrazó y me susurró que todo estaría bien, que solo tenia que conversar contigo acerca de lo que pasaba para luego salir detrás de Caleb
- Finn yo... - comencé a decir
- No me hagas más esto por favor - te me acercaste y me apretaste mis mejillas
- ¿Qué? - pregunté
- hacerme sentir celos, son feos
Pensé que te irías pero no lo hiciste
