—Fuera de mi casa, Naruto. —Los muy furiosos ojos del azabache observaban con odio y algo de decepción al Uzumaki.
Estaba completamente paralizada, inundada del miedo, por instinto toqué mi abultado vientre por un intento de calmar a la vida que crecía dentro.
Las facciones de Naruto en ese momento estaban tensas, su expresión de enojó delató lo que verdaderamente sentía.
Él me miró y yo hice lo mismo, no podíamos mentir, ya nos había visto y quién sabe en cuanto tiempo estuvo ahí. Cerré los ojos con fuerza mientras apretaba los puños.
Diríamos la verdad.
—Sasuke, —Comenzó Naruto. —No me iré de aquí hasta hablar.
—No necesito hablar, mucho menos explicaciones. Ya comprendí, ya sé todo. —La voz del Uchiha sonaba tan tenebrosa que me dio escalofríos.
—Entonces, deja a Sakura-Chan, no la amas. Sólo estás obsesionado de una forma muy violenta con ella.
—Los problemas que ocurren aquí no te incumben.
—Pero sí lo que le pasa a Sakura-Chan, me incumben porque quiero una vida con ella, yo sí la amo y me la llevaré a la fuerza si es necesario. —El Uzumaki dio un pasó al frente poniéndose en medio de la distancia de Sasuke y yo.
El de ropa oscura gruñó con molestia. —Ella no va a ningún lugar. —Volvió a decir con voz autoritaria.
Instintivamente me preocupé por Sarada, seguro que ninguno de nosotros tres saldríamos ilesos de eso estaba más que segura. Sentía un horrible sentimiento amargo en mi pecho y mi preocupación aumentó más al reaccionar y ver a Naruto ser golpeado por Sasuke, el Hokage no se quedó atrás y, al igual que Sasuke, le dio un fuerte puñetazo en el abdomen dando inicio así a una pelea.
Sin saber que hacer tomé mis hebras rosadas entre mis manos tratando de calmar el estrés y la impotencia que sentía al no pensar en algo rápido.
—Kakashi... —Recordé de inmediato al peliplateado. Podría ir a buscarlo para que me ayudara a encontrar una forma de separarlos, pero en el trayecto alguno de los dos habría vencido y uno salir herido, o peor, muerto.
Tampoco podría correr a tal velocidad ya que no quería lastimar a la vida que se formaba en su vientre.
Por otro lado, podría llevar a Sarada a casa de sus padres para que no saliera afectada tanto física como psicológicamente.
Aún así quiso intentar, salió de la cocina y subió rápidamente las escaleras hacia la habitación de su hija. Al abrir la puerta ésta se encontró con la sorpresa de que Sarada no estaba, corrió hacia la cama y revisó debajo. No estaba, la ventana estaba abierta, se dirigió a ella asomándose pero no encontró nada, sus manos fueron directamente a sus boca tapándola mientras lágrimas caían con amargura de sus pálidas mejillas, retrocedió dolida escuchando un crujido en el proceso, se volvió y bajó la mirada para encontrarse con los lentes de su hija.
—Sarada... —No pudo evitar sollozar más fuerte, su voz se quebraba y sentía que las piernas empezaban a fallarle, su mano fue directo a la pared apoyándose en esta y mordiendo su mano derecha en un intento inútil en tratar de ocultar su llanto. —Hay mi niña, ¿Cómo dejé que sucediera todo esto? Fui una tonta desde el principio..
Un fuerte ruido sonó en el lugar, sus ojos se abrieron con impresión y sus pensamientos se llenaron de cosas terribles que le pudieron haber pasado a alguno de los dos. Caminó a paso rápido hacia la puerta, cuando estaba a punto de salir retrocedió al instante al ver a Sasuke subiendo las escaleras a paso lento. Tapó su boca y buscó en dónde esconderse, su mirada se poso debajo de la cama y silenciosamente se dirigió a esta para así esconderse del azabache.
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La Bella y La Bestia ✒SasuSaku
Historia CortaSakura Haruno, recientemente Sakura Uchiha. Se ve obligada a vivir una vida de maltratos y desvelos gracias a Sasuke Uchiha quién no soporta la idea de perderla pero le vale lo que ella siente y anhela. Kalashi, Sai y Naruto, después de verla a esco...