Capítulo 20

320 37 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Reed se acercó a la camilla blanca, y pretendió revisar los datos almacenados en el escáner de signos vitales al que anteriormente estuvo conectada Isabella, ahora ella estaba sentada sobre el borde, aferrándose al mullido colchón individual de un blanco tan limpio que hacía juego con todo alrededor. Su largo cabello rojo contrastaba fuertemente, como un trago de color en la monotonía que lo cubría todo.

A Reed todavía le dolían los golpes, a pesar de que había pasado tiempo, cuarenta y ocho horas desde su regreso al Centro de Investigaciones, prefirió no volver a recordar la pelea con esa mujer, pues despertaba el orgullo y eso le hacía sentir miserable, pues Reed no era violenta. Sin embargo, algo se activó en ella cuando vio que los iban a matar, valor, coraje, adrenalina, ni siquiera sabía que podía cobrar tanta fuerza.

No podía imaginar la idea de ver a Seth morir frente a sus ojos...

Inevitablemente el recuerdo del beso fugaz atravesó su mente, pero ella se obligó a ser objetiva, regresar a la rigidez profesional de su trabajo, nada bueno salía si se involucraban los sentimientos, y menos cuando todavía estaba a merced de Renan y los suyos.

De reojo miró a la mujer, todo había cambiado ahora que ya no entraba en la categoría de humano, si bien no volvió a trabsformarse, si sufrió episodios en donde sus garras y dientes se mostraron sin que ella se diera cuenta. Desde que llegaron, Isabella quedó en aislamiento y desde entonces casi no le veía, Reed discutió con todas sus fuerzas para evitar su confinamiento, pues era evidente en el rostro de la mujer que no quería ser sometida al riguroso exámen del protocolo ante extraños, de hecho ella ni siquiera emitió palabra alguna, se retrajo a una seriedad absoluta.

Eso era preocupante. Más por el hecho de que se negaba a ver a Vladimir.

El leopardo estaba irritable y desesperado, bebiendo licor como si fuera el aire que respiraba.

—Isabella...

Ella volteó su rostro a un lado, y se aferró con mayor fuerza al borde de la camilla, Reed notó su pena, el cambio en su respiración, pero el aparato que medía sus signos estaba calmo.

—Habla conmigo, por favor.

Ella se mordió el labio, las venas de sus manos se dejaron ver a través de la piel.

—¿Qué es lo que soy? —Su pregunta salió en un murmullo quebrado, sus ojos oscilaban entre el verde lima y un caramelo oscuro.

Reed trató de mantener la calma, teniendo a un cambiante tigre ella debía ser más cautelosa, pues a diferencia de los lobos, los felinos tenían temperamentos más volátiles, un instinto de preservación muy arraigado, eran criaturas de enorme fuerza y poder, fácilmente susceptibles a atacar. Eso se multiplicaba en el caso de Isabella, era un caso especial que tenía perplejos a todos, aún había quienes creían que ella era humana.

Atrápame [Serie Moon Fighters 3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora