Capítulo 33

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☆゜・。。・🐺🌙🐺・。。・゜★

Pensé que la captura sería diferente, no me advertiste sobre esto... Mierda, casi me cuesta la vida.

—Tranquilízate, el plan nos salió perfecto, ¿no es así?

—Sí...

—Tendrás tu depósito en un par de horas, la conexión aquí es un desastre.

—Excelente... ¿Qué harás con ellos?

—Ese ya no es tu asunto, tú diste tu parte, yo la mía, el resto corre por mi cuenta.

Seth abrió los ojos lentamente, con esas palabras resonando en un fondo vacío, como un eco a la distancia. Respiración aguda, olor a sangre, su cabeza colgaba hacia abajo y no entendía por qué era una lucha tratar de levantarla.

Su pierna izquierda estaba atravesada lateralmente por un corte cicatrizado, una delgada línea rosada, la marca de arma blanca en su piel. Algo no concordaba, los cambiantes sanaban bien, ante las heridas no dejaban cicatrices, ¿por qué entonces ahora...? Un sonido bajo, como un quejido, le llamó la atención.

Trató de moverse pero se encontró atrapado por fuertes cadenas rodeando su pecho y pies, estaba en una silla, y había otra persona en las mismas condiciones. Pero no podía verlo, un costal de tela negra le cubría la cabeza. Esto estaba muy mal, sobre todo porque sus sentidos estaban igual de adormecidos que aquella vez que despertó en la zona de aislamiento del CIG. Lo habían drogado y ahora estaba saliendo de la penumbra. Respiró profundo, el olor de la sangre se hizo más intenso, pero notó algo más, un aroma húmedo y fresco, como algún tipo de hierba... Heno.

Eso le arrojó un indicio sobre su ubicación, tal vez estaba en un granero. Hizo enfoque, el piso tenía heno seco, una luz le daba desde arriba. Sus esfuerzos por romper las cadenas fueron inútiles, la fuerza del lobo no estaba activa, de hecho no sentía al animal gruñir rabioso.

«Genial, ¿dónde estás cuando te necesito?»

Alguien silbó una melodía a lo lejos, Seth se tensó pensando que los humanos estaban detrás de esto, fue la primera hipótesis que se le vino a la mente, ¿había caído en una trampa de los cazadores? Eso tenía sentido, no bastaba con el dominio político y social de la raza humana, ahora los cazaban como animales para venderlos a cualquier negociantes y delincuentes.

Así terminaría su vida, pensar en eso le dio impotencia y rabia, apretó sus dientes con tanta fuerza que los escuchó rechinar. Tal vez venderían sus órganos a enfermos multimillonarios, o algo peor, venderían su vida a los laboratorios ilegales o a exhibiciones privadas. A estas alturas Seth estaba a punto de decirle adiós a su humanidad y a la categoría de persona.

Una risa baja sucedió al silbido, intentó subir la cabeza una vez más pero parecía que su cuello no tenía fuerza suficiente. Los pasos de ese extraño sonaron ahogados, su silueta se acercó, era un hombre con su olor característico difuminado por el metálico aroma de la sangre llenándolo todo.

Este hombre lo jaló por el cabello levantando de golpe su cabeza, Seth cerró los ojos por la punzada de dolor que le atravesó el cuello, con la respiración agitada se obligó a abrirlos y mirar al tipo que sonreía con placer. Tenía un antifaz negro cubriendo parte de su rostro, el cabello del mismo color, le resultaba conocido de algún lado.

—Hola, lobito de clan.

Era como ver a un fantasma, Seth se estremeció al oír el gruñido poderoso arrastrándose a través de esas palabras. No podía... No, no debía ser posible, Reed le aseguró que lo había matado, de seguro esa frase solo era una coincidencia.

Atrápame [Serie Moon Fighters 3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora